Tras casi un año de haberse fugado de las filas de las Farc y llevándose con ella a un rehén de la guerrilla, Zenaida Rueda afirmó el jueves que aún intenta acostumbrase a su nueva vida, que incluye la presentación de un libro narrando sus experiencias de 18 años en las filas insurgentes.

Rueda, de 36 años, se fugó en enero del 2009 de un campamento rebelde en el centro del país llevándose con ella a Juan Fernando Samudio, un comerciante que había sido secuestrado en Bogotá en mayo del 2007.

"Yo de la selva no extraño nada", dijo Rueda, quien durante sus años en las filas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia llevó el alias de "Miriam". Pero, agrega, las complicaciones de vida citadina le toman trabajo y "todo es plata, hasta si uno quiere tomarse un jugo" nada es gratis.

Al mes de su fuga, funcionarios de la oficina estatal para atender reinsertados le propusieron que escribiera su historia y dijo que comenzó de inmediato a hacer un borrador que terminó en septiembre pasado, que fue corregido por editores y culminó en un libro de 227 páginas llamado "Confesiones de la Guerrillera", editado por Planeta y ya en el mercado. Un 10% de las ventas del libro, del que se imprimieron inicialmente unas 10.000 copias, serán para la ex rebelde, quien vive bajo protección y con escoltas policiales por temor a una represalia de la guerrilla.

"Si doy papaya (la oportunidad o la ocasión), listo. Esos tipos no me lo perdonan" la fuga y la pueden matar, aseguró la ex rebelde.

A lo largo del texto, uno de los apartes narrados por la ex guerrillera es la presunta existencia de un hijo enano de Manuel Marulanda, alias "Tirofijo", fundador de las Farc y fallecido en marzo del 2008, según reportaron las FARC entonces.

Ese supuesto hijo de Marulanda, llamado "Rigo", narró Rueda en el texto, tenía poco más de 20 años cuando lo conoció a comienzos de esta década, y dijo que tenía la estatura "de un niñito de cinco años". Las unidades rebeldes debían velar por su seguridad, dijo la ex guerrillera en su libro.

Rueda dijo que sólo estuvo con Rigo dos meses durante unas marchas por el sureste del país y que entonces el comandante de una unidad les dijo a todos que "si llegaban los helicópteros (militares) o nos atacaban por tierra, a lo primero que había que echarle mano era al enano. Por nada del mundo lo podíamos dejar ahí. Primero debíamos perder la cabeza antes que perderlo a él", de acuerdo con el libro.

Versiones sobre los hijos de Marulanda, cuya familia permanece rodeada del misterio, han circulado en distintos medios por varios años, pero conocedores de las Farc como el precandidato presidencial Alvaro Leyva, aseguraron en la jornada que se trataba de versiones y que no podía confirmarlas.