La actriz Farrah Fawcett, el "ángel" más famoso de la televisión, fallecida la semana pasada por un cáncer, fue despedida hoy en un funeral privado en Los Ángeles, al que acudieron sus familiares y más íntimos amigos, incluidos Ryan O'Neal, su pareja de varios años, y su hijo Redmond.

El entierro, cerrado al público y a los medios de comunicación, se organizó en la Catedral Nuestra Señora de Los Ángeles, en California (EEUU), cinco días después de la muerte de la intérprete, que se produjo en presencia de O'Neal y de Alana Stewart, íntima amiga de Fawcett.

O'Neal fue una de las personas que cargó hasta la capilla el féretro, cubierto con flores amarillas y naranjas y escoltado por diez oficiales motorizados, según describe la prensa local.

Redmond O'Neal, de 24 años, único hijo de la actriz y O'Neal, no pudo estar junto a su madre el día de su muerte por estar cumpliendo una condena desde abril en una prisión californiana por varios delitos relacionados con drogas, sin embargo, consiguió el permiso carcelario para asistir hoy al funeral de Fawcett.

La semana pasada, el hijo de Fawcett recibió permiso por parte de la juez Jane Godfrey, de la Corte Superior de Los Ángeles, para salir en libertad vigilada durante tres horas y asistir al funeral con ropa de calle.

En 2005, Redmon O'Neal fue declarado culpable de posesión de cocaína y metanfetamina y en septiembre del año pasado fue acusado, junto a su padre, por posesión de drogas.

"Después de una larga y corajuda batalla contra el cáncer, nuestra amada Farrah ha fallecido", dijo Ryan O'Neal en un comunicado la semana pasada.

"A pesar de que este es un momento extremadamente difícil para su familia y amigos, encontramos confort en los preciosos momentos que compartimos con Farrah a lo largo de los años y en saber que su vida trajo alegría a muchas personas en todo el mundo", añadió.

El deceso de Fawcett quedó eclipsado en los medios de todo el mundo por el inesperado fallecimiento del cantante Michael Jackson, el mismo jueves.

La lucha de la actriz contra el cáncer, que le fue diagnosticado en 2006, fue plasmado en un documental que emitió el mes pasado el canal NBC y que registró audiencias millonarias.