"La principal diferencia del desempleo con el divorcio y la muerte es que nos adaptamos al divorcio y la muerte, pero no nos adaptamos al desempleo", resume Patricia Curmi, jefa de comunicaciones de What Works Centre for Wellbeing, en Reino Unido, organización independiente creada por el gobierno británico que junto a la U. de East Anglia (Reino Unido), realizó una investigación para determinar qué circunstancias tienen más impacto en el bienestar de las personas.
La revisión de 99 estudios (de más de 4.000 evaluados para la investigación), concluyó que los empleados despedidos nunca logran el mismo nivel de bienestar una vez que recuperan o encuentran otro trabajo, en lo que comprende a salud mental, autoestima y satisfacción con la vida.
"Nuestro bienestar cae comprensiblemente con el divorcio o la muerte de un compañero o pariente, pero después de un año o unos años, nos adaptamos y nuestro bienestar retorna nuevamente a los niveles anteriores", explica Curmi a La Tercera.
Pero no pasa lo mismo con el desempleo. "No nos adaptamos a esta 'nueva' circunstancia, nuestro bienestar está permanentemente más bajo cuando estamos desempleados. Además, si estamos desempleados durante un largo tiempo, nuestro bienestar nunca retorna a los niveles anteriores, estamos 'marcados'", agrega.
La investigación británica entregó otras conclusiones, como que la ayuda de familiares y amigos puede mitigar en parte el impacto y que los extrovertidos se recuperan más rápido, aunque no por completo.
La importancia del empleo
No hay suficientes datos para determinar por qué los despidos afectan tanto, pero los investigadores lo relacionan con la importancia que se le otorga a trabajar, tener un buen empleo y contribuir, para tener sentido en la vida.
Ivianne Morales, psicóloga y analista integral de Recursos Humanos en la consultora Ranstad, concuerda con que el impacto tiene que ver con el significado que se le da al trabajo, mediante el cual la persona se siente útil. "Al perderlo, pierdo un poco de valor personal. Eso hace que sea uno de los procesos más importantes, porque el trabajo se asocia con la utilidad, significo o soy algo para la sociedad y cuando lo pierdo, toca el concepto que tengo de mí", señala.
De acuerdo a informes previos de What Works Centre for Wellbeing, el desempleo daña a la gente, independiente de su edad, género, educación, etnia o residencia. Estar sin trabajo es, de hecho, uno de los factores más importantes para el bienestar, con efectos negativos que van más allá de la falta de ingresos económicos.
"La profundidad del proceso de duelo se vive de acuerdo al vínculo con lo que se perdió y el significado que se le dé a lo que se perdió", dice Morales.
El bienestar de los británicos, por ejemplo, vuelve a los niveles normales dos años después de perder una pareja y cuatro años después de la ruptura de una relación, señala el estudio. Pero al perder el empleo sigue declinando por más de cuatro años. Sobre todo en los hombres, aunque la psicóloga señala que hoy, con más mujeres trabajando, los afecta por igual.
La revisión del What Works Centre for Wellbeing y la U. de East Anglia no profundizó en las diferencias entre quienes estaban contentos o no con su trabajo al ser despedidos, o quienes renunciaron.
Pero impacta, asegura Morales. "Si el despido es repentino y se sentía a gusto, valorado, el proceso será más fuerte que una persona que ya lo veía venir y no tenía una relación tan satisfactoria", señala la especialista.