El martes se realizó el arresto del ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, y su ex esposa, Angeles Pineda Villa, señalados como los principales sospechosos de la desaparición de 43 estudiantes normalistas en Iguala, México; y ya el miércoles empiezan a conocerse los primeros detalles de la detención de la llamada "pareja imperial".
Ya se conoció las precarias condiciones en que vivían en una humilde casa, ubicada en un barrio popular del Distrito Federal, pero hoy los medios mexicanos dan cuentas de cómo reaccionaron Abarca y Pineda ante su captura por un grupo elite de la policía nacional de México.
El diario Milenio narra que el ex edil se notó visiblemente afectado por la situación y que reconoció su agotamiento ante esta vida de prófugo. "Ya estaba cansad de estar escondido", aseguró y luego agrego que ya no soportaba "tanta presión".
Distinta fue la postura de su esposa, a quien se le señala como la que habría dado la orden de asesinar a los 43 estudiantes desaparecidos. Ante la arremetida de las fuerzas policiales, Pineda gritó: "¡Ya déjenme, qué se creen!", asegura Milenio.
Ambos fueron interrogados, sin embargo, las autoridades aún no entregan detalles de este procedimiento, en el cual se basan las esperanzas de determinar la responsabilidad de la pareja en los hechos, y también las de encontrar los cuerpos de los jóvenes.