"No hay vuelta atrás y es definitivo", es la frase que ha dicho Pablo Mackenna a su círculo más cercano, sobre su separación de la actriz Javiera Díaz de Valdés, con quien se casó en diciembre de 2006. La figura de Canal 13, quien explica a La Tercera que "no me voy a referir a ese tema", dejó hace dos semanas el departamento que compartía con la actriz, en Américo Vespucio con Kennedy, y se fue a vivir a casa de su madre, en calle Enrique Foster, en Las Condes.
En el equipo realizador del reality 1910 -donde Mackenna realiza algunos nexos- la noticia era un secreto a voces y aseguran que el poeta había dejado, en el último tiempo, la vida social nocturna e incluso dejó de ir a jugar tenis al gimnasio Balthus. "El está tranquilo, pero triste, porque extraña estar con su hija (Rosa, de un año y medio), aunque no ha dejado de verla", comenta un amigo que prefiere mantener su nombre en reserva.
En tanto, Javiera Díaz volvió al trabajo, debido a que se reanudaron las grabaciones de la teleserie Mujeres de lujo de Chilevisión. Quienes han compartido con ella en el último tiempo revelan que "se ve tranquila, concentrada en su trabajo y preocupada de su hija. No está triste, sino tranquila", dice una amiga cercana.
La semana pasada Díaz de Valdés llegó sin Mackenna al evento en que el novio de Madonna, Jesús Luz, ofició como DJ. Compartió con algunas amistades y se vio de ánimo festivo.
En el entorno de la pareja comentan que el animador y la actriz frecuentemente discutían y eran dados a la vida social nocturna, "lo que a ratos gatillaba problemas entre ellos".