Las autoridades sanitarias estadounidenses detectaron bajas cantidades de radiactividad en el estado de Washington (costa oeste) procedente de Japón, según informó el Departamento de Salud.
La cantidad de contaminación de yodo es "muy pequeña" y las autoridades aseguraron que no representa un peligro para la salud.
"La radiación detectada relacionada con la emergencia nuclear en Japón no presenta un riesgo para Washington", informaron las autoridades sanitarias en un comunicado.
"Las cantidades de yodo radiactivo son millones de veces inferiores a los niveles que serían un problema de salud", agregó el Departamento, que aseguró que "a pesar de estas pequeñas cantidades detectadas, el estado general de los niveles de radiación no han aumentado".
Además indica que está midiendo cada hora el nivel de radiación en cuatro localizaciones a lo largo del estado en las principales ciudades de Washington: Seattle, Olympia, Richland y Spokane.
En este sentido, indicó que los niveles de lectura de radiactividad están a la par con las mediciones federales y de los vecinos canadienses.
Para tranquilidad de los usuarios, el Departamento aseguró que la radiación de los reactores nucleares japoneses dañados en el terremoto del pasado 11 de marzo no está llegando a Washington en altos niveles debido a la distancia y a la mezcla con el aire.
La Agencia de Protección Medioambiental estadounidense (EPA, por su sigla en inglés) habilitó un mapa en su sitio web donde los ciudadanos pueden ver los niveles de radiación en todo el país.
Las autoridades estadounidenses indicaron que no hay riesgo de radiación en Estados Unidos, por lo que no es necesario que la población tome píldoras de yoduro de potasio.
Este producto, una sal similar a la que se utiliza para cocinar, previene la absorción de yodo radiactivo, lo que a su vez reduce la amenaza de sufrir cáncer de tiroides a raíz de la radiactividad.
Conocida químicamente como KI, el yoduro de potasio satura la tiroides con yodo no radiactivo, lo que disminuye la cantidad de yodo radiactivo que la glándula puede absorber.
Japón fue sacudido el pasado 11 de marzo por un terremoto de 9 grados de magnitud en la escala de Richter que causó decenas de miles de víctimas y daños en las principales instalaciones del país, entre ellas la planta nuclear de Fukushima, que registró varias explosiones y liberó material radiactivo a la atmósfera.