Por más de seis horas se extiende la reconstitución de escena del crimen de Karin Gallardo y Marcelo Morales, los dos detectives que fueron asesinados por Italo Nolli el 23 de marzo pasado en el parque industrial, en San Bernardo. Hasta el lugar llegaron Esteban Tapia Lazcano y Miguel Meléndez, los funcionarios de la PDI que resultaron heridos tras el tiroteo.

Tapia recibió dos impactos de bala en el abdomen y Mélendez resultó con una herida en su brazo.

Hasta el sector La Divisa también fueron trasladados dos de los trabajadores de Nolli, Raúl y su hijo Ulises Campos, que se encuentran en calidad de imputados. El objetivo de la diligencia es determinar su participación en los hechos.

El abogado querellante de la PDI, Manuel Muñoz, dijo que "nos querellamos en contra de los dos imputados, básicamente porque hasta el momento estimamos que ellos tienen algún grado de participación en los hechos", asegurando que ambos habrían disparado también contra los detectives. "Después de esta diligencia y a medida como se vaya dando todo el transcurso de la investigación, eventualmente se va a poder acreditar o no lo que en teoría estamos planteando por ahora", agregó.

"Esto se va a resolver finalmente cuando se realice el juicio oral y cuando se realicen todas las diligencias tendientes a acreditar fehacientemente la participación de los dos imputados en la muerte de los funcionarios", sostuvo.

La reconstitución la realiza la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones y fue ordenada por el Ministerio Público, liderada por el fiscal jefe de la Fiscalía de San Bernardo, Claudio Gutiérrez.

En el lugar se ubicó el vehículo gris en que se trasladaban los policías que pertenecían a la Unidad de Asesoría Técnica de la PDI, así como también la camioneta roja en que viajaba Nolli y su pareja, Mercedes Valladares. También se encuentra ubicado un camión blanco donde se encontraban Raúl y su hijo Ulises, quienes trabajaban como chofer y peoneta de Nolli.