Dieciocho personas fueron acusadas de formar parte de lo que podrí­a ser una de las más grandes bandas dedicadas al fraude crediticio, la cual expandió sus estafas incluso a paí­ses fuera de Estados Unidos; engañaba a las agencias de calificación de crédito y, mediante miles de identidades falsas robó al menos 200 millones de dólares, dijeron el martes autoridades federales.

La elaborada estafa involucraba mejorar las evaluaciones crediticias de falsos dueños de tarjetas, lo que permití­a a los defraudadores sacar más dinero en préstamos que nunca pagarí­an, afirmaron los investigadores.

"Los acusados se valieron de una cafeterí­a virtual especializada en fraudes y ardides avanzados, cuyos productos principales en el menú eran la codicia y el engaño", dijo David Velázquez, agente especial adjunto a cargo de la oficina del FBI en Newark.

Paul Fishman, fiscal federal en Newark, describió una estafa intrincada con sede en Jersey City que comenzó en 2007, operaba en al menos 28 estados y enviaba dinero a Pakistán, India, Emiratos írabes Unidos, Canadá, Rumania, China y Japón.

El grupo utilizó al menos 7.000 identidades falsas para conseguir más de 25.000 tarjetas de crédito, aseguró Fishman, y agregó que los investigadores documentaron pérdidas por 200 millones de dólares, aunque la cifra podrí­a incrementarse.

"Con su codicia y arrogancia", las personas arrestadas dañaron compañí­as de tarjetas de crédito, consumidores y "al resto de nosotros que tenemos que lidiar con elevadas tasas de interés y cuotas debido al dinero que fue extraí­do del sistema por los criminales", dijo Fishman.

Los participantes en la estafa crearon más de 1.800 direcciones postales, para generar cuentas ficticias de servicios públicos y otros documentos que ofrecer a las compañí­as de tarjetas de crédito, como comprobantes de lo que parecí­an direcciones legí­timas, dijeron los investigadores. Una vez que consiguieron las tarjetas empezaban haciendo pequeños cargos y pagaban la deuda para incrementar sus lí­mites de crédito, explicaron las autoridades.

Entonces, enviaban reportes falsos a las compañí­as de calificación crediticia, haciendo parecer que los tarjetahabientes habí­an liquidado sus deudas, lo que preparaba el escenario para excelentes evaluaciones y altos lí­mites de crédito, dijeron los investigadores.

Fishman dijo que una vez elevados los lí­mites crediticios, los participantes pedí­an préstamos o saturaban la tarjeta de crédito sin pagar las deudas.

El grupo también creó al menos 80 negocios falsos que aceptaron pagos con tarjetas de crédito, dijo Fishman. El grupo usaba las tarjetas de crédito obtenidas de manera fraudulenta y se quedaba con el dinero, explicó.

El sistema financió un lujoso estilo de vida de los acusados, incluidos tratamientos de spa, aparatos electrónicos, coches de lujo y millones de dólares en oro, dijo Fishman. En una redada, las autoridades dijeron que encontraron 78.000 dólares escondidos en un horno.

Varios de los acusados tienen propiedades en Nueva Jersey o Nueva York y son ciudadanos estadounidenses. Según las autoridades muchos tienen lazos familiares entre sí­.

Todos fueron acusados de fraude bancario y enfrentan hasta 30 años de prisión, así­ como una multa de 1 millón de dólares.