Un padre, sus dos hijos y otros cuatro hombres de Carolina del Norte fueron acusados de realizar un entrenamiento de estilo militar en su casa y planear una "violenta jihad" en el extranjero, anunciaron las autoridades federales.

El padre, que llevaba una vida rural como trabajador de la construcción, tuvo antepasados milicianos en la década de 1980 en Afganistán y Pakistán y dirigió de forma secreta a un grupo estadounidense que planeaba un atentado internacional, dijo la fiscalía.

Daniel Patrick Boyd, de 39 años, fue arrestado el lunes con sus dos hijos y otros cuatro hombres de Carolina del Norte.

La fiscalía les acusó de organizar un entrenamiento de estilo militar en casa y planear una "violenta jihad", la palabra en árabe para guerra santa, con una serie de atentados en el extranjero.

Las autoridades dicen que Boyd estuvo en Pakistán y Afganistán desde 1989 hasta 1992, que se sometió a entrenamiento de estilo militar en centros de terroristas y que luchó contra los soviéticos, que estaban finalizando su ocupación en Afganistán.

La fiscalía asegura que en Pakistán Boyd fue entrenado para ser terrorista y llevó ese conocimiento a Carolina del Norte, donde durante los últimos tres años reclutó a seguidores dispuestos a morir como mártires en nombre del jihad.

La fiscalía no dijo cual era el objetivo del grupo de hombres. Documentos de la corte señalan que el grupo ofrecía dinero, entrenamiento, transporte y hombres para ayudar a terroristas.

Boyd y otros viajaron a Israel en 2007 con la intención de realizar "una violenta jihad" pero regresaron a casa sin éxito, dicen los documentos.

Los participantes del supuesto grupo son los hijos de Boyd, Zakariya Boyd, de 20 años, y Dylan Boyd, de 22, además de Anes Subasic, de 33, Mohammad Omar Aly Hassan, de 22 y Ziyad Yaghi, de 21.

Hysen Sherifi, de 24 años, nacido en Kosovo y poseedor de una tarjeta de residencia estadounidense, también fue acusado de formar parte del grupo. Sherifi fue el único arrestado que no es ciudadano estadounidense.

Los siete hombres comparecieron por primera vez el lunes en una corte en Raleigh, acusados de ofrecer material de apoyo a terroristas y asociación delictiva para asesinar, secuestrar, mutilar y herir a personas en el extranjero. Si son declarados culpables, podría pasar la vida en prisión.