La Policía española detuvo en Valencia a Julio Alberto Poch, un piloto comercial de nacionalidad holandesa y de origen argentino, por su presunta participación en los llamados "vuelos de la muerte", en los que desaparecieron más de 1.000 personas durante la dictadura argentina.

El piloto, reclamado por la Justicia de ese país por cuatro procesos penales, fue detenido cuando efectuaba una escala de 40 minutos en el aeropuerto de Manises, en Valencia (este mediterráneo de España), antes de regresar a Amsterdam como comandante de un avión de pasajeros.

Teniente de Fragata y piloto naval durante la dictadura en la Escuela de Mecánica de la Armada, Poch se había retirado de las fuerzas armadas argentinas y en la actualidad es comandante de la compañía holandesa de "bajo coste" Transavia, para la que realizaba vuelos a diferentes destinos europeos, entre ellos Valencia.

La Policía española pudo confirmar a través de Interpol que el fugitivo había adoptado la nacionalidad holandesa y pilotaba con relativa frecuencia el vuelo que, procedente del aeropuerto de Schipol (Holanda) llegaba a Manises y regresaba a su punto de origen tras una escala de unos 40 minutos.

El arresto de Poch apenas produjo un ligero retraso en el vuelo de regreso a Holanda, ya que se había previsto un nuevo comandante con antelación.

La detención fue posible gracias a las pesquisas del Grupo de Localización de Fugitivos, con la colaboración de agentes de la Jefatura Superior de Policía de la Comunidad Valenciana, e informaciones provenientes de la Agencia Tributaria española.