La Brigada Investigadora de Delitos Contra el Medio Ambiente (Bidema) de la PDI, detuvo durante la semana pasada a una banda que se dedicaba a la fundición clandestina de baterías de plomo en La Pintana.
En el operativo se incautaron un total de 170 toneladas y 70 lingotes de plomo fundido que estaban listos para su distribución ilegal. Según datos de la PDI, es el decomiso más grande de este metal en los últimos años y deja en evidencia esta peligrosa práctica de reciclaje de las baterías que usan los vehículos a motor.
A mediados de 2016 comenzó a regir la ley de gestión de residuos, responsabilidad extendida del productor y fomento al reciclaje, conocida como ley Rep, que califica como delito punible la compra, venta y manejo de residuos peligrosos sin la autorización del Ministerio del Medio Ambiente. Las penas pueden ir desde los 61 días hasta los tres años y si el la infracción provoca daños al medio ambiente, la condena puede llegar a los 5 años.
Se estima que en Chile se desechan cerca de 2.400 toneladas de baterías plomo-ácido al mes, lo que equivale a unas 160 mil unidades. El 75% de estas llegan a Calama, donde está RAM-Recimat, la única planta certificada para reciclarlas en el país.
"Estamos autorizados para procesar 4.123 toneladas mensuales de baterías, lo que corresponde a 275 mil unidades. Mensualmente, entre baterías y pulpa, recibimos 1.700 toneladas", dijo el gerente de la empresa, Antonio Carracedo.
El resto no tiene paradero conocido, lo que es peligroso para la salud, ya que el manejo, exposición y almacenamiento de cosas que contengan plomo puede causar daños graves.
Según la Organización Mundial de la Salud, la exposición al plomo puede traer problemas serios en los niños, ya que afecta la formación del cerebro y el sistema nervioso y en los adultos aumenta el riesgo de hipertensión y lesiones renales. En el caso de las mujeres embarazadas, el plomo puede causar abortos naturales, provocar un parto prematuro o malformaciones en el feto.