Deutsche Bank perdió aún más terreno que sus rivales de Wall Street en 2016, lo que incrementa la presión sobre el presidente ejecutivo, John Cryan, antes de una esperada actualización de su estrategia en la primavera boreal.
El prestamista alemán registró pérdidas netas de 1.900 millones de euros (US$2.100 millones) en el último trimestre de 2016, después de que los costos legales por pasadas irregularidades impactaran con fuerza sus resultados.
Los ingresos de su división de intermediación de bonos subieron 11% en el trimestre, al beneficiarse de un incremento en los productos ligados a los tipos de interés, las materias primas y las divisas extranjeras (FICC) tras la sorprendente victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Sin embargo, Deutsche perdió cuota de mercado frente a los bancos de Wall Street, algunos de los cuales han más que doblado sus ingresos por renta fija, en parte porque el prestamista alemán redujo su banca de inversión para limitar riesgos, recortando productos y lazos con miles de clientes.
"Somos optimistas después de un prometedor inicio este año", dijo Cryan, el presidente ejecutivo del banco, que añadió que en áreas clave, como el negocio de mercados de capital, el rendimiento había sido fuerte en enero.
Deutsche Bank, no obstante, no ha dado muchos detalles sobre su futura estrategia, que los inversionistas esperan que sea actualizada después de un acuerdo con supervisores bancarios internacionales sobre las nuevas reglas de capital.
Las reglas bancarias determinarán si Deutsche Bank puede permitirse reintegrar su filial minorista Postbank, que había puesto en venta para aumentar sus ratios de capital, pero que prefería conservar. También determinarán si tiene que sacar a la venta su filial de gestión de activos para liberar capital.