Una alerta mundial se generó el viernes por ransomware, un software malicioso que puso en jaque al mundo cibernético, afectando a 99 países, entre ellos Chile, y registrando más de 75 mil ataques a empresas e instituciones, según la firma de ciberseguridad Avast.

El virus, también conocido como WannaCry, se originó por una vulnerabilidad de Windows que Microsoft anunció hace un mes. El ataque funciona bajo la lógica de secuestrar virtualmente archivos que no pueden ser recuperados por las organizaciones afectadas, a menos que se realice un pago al hackers a través de bitcoins (monedas virtuales o criptomonedas) que permiten, de forma anónima, concretar la transacción entre particulares. Medios internacionales aseguran que circularon versiones de pago entre 300 y 600 dólares por la liberación de cada máquina infectada. A pesar del ruido mediático que generó la situación, hasta el momento sólo se han comprobado ocho pagos por algunos equipos, es decir, cerca de seis mil dólares.

En un comienzo, se consideró a España como uno de los países más afectados por el ataque, pero luego el gobierno español descartó esta situación y afirmó que la empresa Telefónica, una de las primeras en detectar el virus, ya tiene bajo control los equipos infectados y aseguró que están siendo restaurados, al igual que otras entidades públicas y privadas.

El mundo automotriz tampoco estuvo exento del ataque, la marca japonesa Nissan, con su fábrica en Sunderland, Inglaterra, fue una de las primeras en reconocer ser parte de los vulnerados. En Francia, la marca Renault, con su fábrica en Sandouville, también se sumó a la lista.

Falsa información

En Chile, el Ministerio del Interior y Seguridad Pública no posee cifras de afectados. La Policía de Investigaciones asegura no haber recibido denuncias formales de empresas nacionales que se hayan visto afectadas por el virus.

Sin embargo, se ha generado preocupación tras darse a conocer una falsa información mediante un audio de WhatsApp en el que se aseguraba que las entidades bancarias estaban afectadas por el virus, por lo que se hacía un llamado a evitar las transferencias y compras electrónicas, debido a que el dinero no llegaba a destino. "Eso no tiene ningún asidero en relación al ataque cibernético. No hemos recibidos denuncias sobre una situación así", asegura Ernesto Jiménez, comisario de la Brigada de Cibercrimen.