Probablemente, cuando alguien dice "soy emprendedor", un grupo no menor de personas se siente identificada con la frase. Y es que durante los últimos cinco años, el emprendimiento ha tomando fuerza en el colectivo nacional, hasta instaurarse como una palabra casi identitaria de parte del país.
"El emprendimiento se ha consolidado como una pieza importante en el engranaje del desarrollo económico y social de Chile", dice Hernán Cheyre, presidente del Instituto de Emprendimiento de la Universidad del Desarrollo (UDD) y ex vicepresidente de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo).
Por ello, a poco más de un año de que Michelle Bachelet asumiera su segundo mandato, expertos en la materia evalúan el desempeño y trabajo del gobierno con respecto al tema, para así constatar si Chile es o no un país pro emprendimiento.
LO BUENO Y LO MALO
"El emprendimiento es prioritario para este gobierno. En la Agenda de Productividad, Innovación y Crecimiento, que lanzó en mayo el Ministerio de Economía Fomento y Turismo, se enfatiza la necesidad de diversificar nuestra economía y de sofisticarla mediante herramientas que potencien el emprendimiento", dice Eduardo Bitrán, vicepresidente ejecutivo de Corfo.
Similar postura tiene su antecesor, Hernán Cheyre, quien cree que la preocupación por el emprendimiento ha llegado y está presente en este gobierno.
"Al comienzo vi una especie de discurso refundacional que colocaba en cuestionamiento todo lo que se había hecho en el gobierno anterior, lo que me preocupó. Pero con el paso del tiempo he visto que el emprendimiento está en la agenda del gobierno, lo que en buena medida responde a que ya no es una moda, sino algo que llegó para quedarse", comenta Cheyre.
Al respecto, Andrés Zahler, jefe de la división de Innovación del Ministerio de Economía, explica que "queremos lograr masificar la innovación como un proceso en las empresas, particularmente en las medianas y pequeñas; consolidar la innovación social, fomentando un crecimiento más inclusivo".
Precisamente, esa mirada inclusiva y la mantención de algunos programas de la anterior gestión gubernamental, es valorada por parte de los emprendedores.
"Haber mantenido el programa Start-Up Chile y haberlo reconocido como una de las estrategias de difusión y promoción del emprendimiento más eficaces y eficientes posibles, habla bien de esta administración", dice Anibal Pinto, presidente de Acción Emprendedora.
"SABOR AMARGO"
Sin embargo, no todos están de acuerdo con esa buena evaluación. "Me han contado que el 2014 fue un año en que hubo mucha redefinición de los instrumentos de fomento al emprendimiento, haciendo que todo fuera más lento", sostiene José Luis Velasco, coordinador de Fuerza Emprendedora en La Araucanía.
En tanto, Juan Pablo Swett, presidente de la Asociación de Emprendedores de Chile (ASECH), cuenta que "en términos generales quedamos con un sabor un tanto amargo, pues fue un año marcado por aplanadoras, luchas ideológicas, falta de diálogo e incapacidad para escuchar el sentir ciudadano".
Pese a ello, Swett reconoce en parte del gobierno esfuerzos por impulsar el sector. "En el Ministerio de Economía se la han jugado por las pymes y emprendedores, y han estado abiertos al diálogo", aclara.
Para Rafael Cumsille, presidente de la Confederación Nacional de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conapyme), el diagnóstico tampoco es positivo. Según dice, "da la sensación de que las mesas de trabajo son para legitimar, por parte del gobierno, que se ha escuchado a todos los actores involucrados, más que tomar en cuenta nuestras demandas y planteamientos respecto a cómo mejorar el ambiente de las pymes y del emprendimiento", dice.
CORFO, EL ACTOR PRINCIPAL
"Hemos decidido dar pasos relevantes en democratizar las oportunidades. Estamos expandiendo nuestra política de emprendimiento, instalándonos como el país líder de la región en generar mayores oportunidades para crear empresas dinámicas", sostiene Bitrán.
Según datos entregados por Corfo, la inversión en emprendimiento dinámico durante el 2014 alcanzó los $ 20.400 millones, lo que corresponde al 99,9% del presupuesto asignado a Corfo, superando los $ 14.500 millones que se invirtieron durante el 2013.
A pesar del incremento, se critica que han habido menos llamados a concursos, que los procesos son más lentos, pero principalmente, que la institución ha bajado su nivel.
"Sercotec y Corfo han estado en una reestructuración importante en cuanto a sus programas de apoyo. Eso hizo que no se entregaran la cantidad de apoyos o no se beneficiara a la cantidad de emprendedores a la que estábamos acostumbrados. Todo ese trabajo ha disminuido tremendamente", explica Velasco, de Fuerza Emprendedora.
Hernán Cheyre, por su parte, sostiene que en el gobierno "están optando por un emprendimiento más productivo, dejando de lado el emprendimiento más tradicional. Mi temor es que los emprendedores tradicionales estén quedando desatendidos".
Pero Bitrán, de Corfo, no da razón a las críticas, argumentando que quienes sostienen que existe una "reestructuración", hablan desde el desconocimiento.
"Corfo apoya el emprendimiento que tiene como objetivo promover empresas viables, tanto innovadoras y tecnológicas, como emprendimientos de carácter más tradicional", dice Bitrán, agregando que "en esta misión participan Corfo y Sercotec, y trabajamos absolutamente coordinados en esto".
A CONCRETAR
Para este año los desafíos fundamentales son parte de la Agenda de Productividad, Innovación y Crecimiento y serán trabajados en conjunto entre Corfo y el ministerio de Economía.
Corfo ha planteado un presupuesto de $ 26.300 millones para emprendimiento dinámico, casi 40% más al presentado en 2014.
Se realizará el lanzamiento de un concurso para financiar espacios colaborativos para el emprendimiento, modernizando la manera de cómo se atiende a los emprendedores en todo el país, entregando cobertura a ocho regiones que no contaban con plataformas de emprendimiento, lo que democratiza el acceso a oportunidades.
"Por eso, los que digan que nos estamos enfocando en un emprendimiento elitista, es por mero desconocimiento", sostiene Bitrán.