"La gente quiere y espera una candidatura con un norte claro". Esa fue una de las frases que reiteradamente escuchó la noche del miércoles el ex Presidente Ricardo Lagos. Fue en el marco de una cena organizada por el presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), Herman von Mühlenbrock, quien invitó al ex mandatario a su residencia junto a otros empresarios de alto nivel, como el presidente de empresas Copec, Roberto Angelini, y el ex presidente de AFP Hábitat José Antonio Guzmán, entre otros. Esto, en el marco de una serie de encuentros con aspirantes a La Moneda, que ya incluyó hace dos semanas a Sebastián Piñera.

Varios de los presentes describen que a Lagos se le vio cómodo y con mucha lucidez. Además de escuchar el juicio crítico de algunos invitados respecto del futuro de la economía, el rol del gobierno de Michelle Bachelet y sus aprensiones sobre el debate político actual, el ex presidente -según los testigos- se dedicó a tranquilizar los ánimos. "Podría estar en mi casa tranquilo, pero vuelvo porque no quiero tirar a la basura lo que hemos construido", fue una de sus frases, según relatan los comensales.

Los empresarios no ocultaron sus resquemores de que se instale un círculo de inestabilidad en Chile, con poco diálogo y más problemas económicos. Además, algunos admitieron su temor por la presión que partidos de la Nueva Mayoría están ejerciendo sobre el presidenciable para acercarlo a sectores más de izquierda.

En ese sentido, los presentes dicen que a través de varios ejemplos Lagos dio a entender que su estilo estará alejado de "la retroexcavadora" y más dispuesto a buscar consensos y "convencer".

En su relato, el ex gobernante no ocultó sus críticas por la manera en que se han implementado algunas reformas de la actual administración. En específico, cuestionó la labor del ex ministro de Hacienda Alberto Arenas, a quien responsabilizó de diseñar una reforma tributaria sin haber intentado mejorar el diálogo con el empresariado. "Yo habría sentado en una mesa a todas las partes", dijo el ex mandatario, según los invitados.

Pero esa no fue su única crítica: admitió estar molesto por los altos montos de sueldos que se mantienen en algunas reparticiones públicas. Y agregó que el Estado, en muchos casos, funciona como "caja pagadora", algo que se manifestó interesado en cambiar. "Por eso, en la Nueva Mayoría algunos me ven como una amenaza", les comentó a los empresarios, según los asistentes.

Incluso, cuestionó el uso que en algunos casos se ha dado al Palacio Presidencial de Cerro Castillo, en Viña del Mar, aludiendo a la realización de actividades en ausencia del jefe de Estado de turno, aunque sin especificar a qué gobierno se refería.

Además, Lagos les garantizó a los presentes que será especialmente cuidadoso en no desarrollar una campaña presidencial "populista" y "descalificadora". En este sentido, les reconoció que fue un "grave error" haber asistido a la entrevista que dio hace unos días al abogado Tomás Mosciatti en Mega, oportunidad en la que, tras molestarse con el entrevistador, cuestionó al gobierno en temas como la implementación de la reforma tributaria o el Transantiago.

La Tercera consultó al ex presidente por el contenido de la conversación con los empresarios, pero evitó referirse al tema. Sin embargo, en conversación con T13 Radio, Lagos defendió su presencia en el encuentro, en medio de la reticencia de algunos sectores del oficialismo, que no ven con buenos ojos las apariciones del ex mandatario con el mundo empresarial. "Me parece que es normal interactuar con todos. Llego a Arica o Antofagasta e interactúo con la CUT. Y me parece normal. Es propio de alguien que está en la actividad pública", afirmó.