El jueves de la próxima semana parte una nueva temporada de Vértigo, la quinta que hacen Diana Bolocco y Martín Cárcamo, y como previa, ambos quisieron someterse a la "pregunta del pueblo", una de las secciones del estelar que conducen.
El primero en disparar fue Cárcamo: "Diana, yo sé que el filtro no es lo tuyo, y por eso quiero saber qué matinal ves. El mío o el de tu marido, Cristián Sánchez (TVN)". A lo que Bolocco respondió: "El primero que pongo es el del territorio neutral, el matinal de mi amigo Rafa (ríe). No, la verdad es que siempre veo Bienvenidos, porque mi papá me enseñó desde chiquitita, que uno nunca debe morder la mano que te da de comer".
Luego fue el turno de la animadora: "En el hipotético caso de que yo volviera a quedar embarazada, Martín, ¿con quién me reemplazarías en Vértigo?". "Tu hermana lo hizo espectacular, pero creo que ahora ella está en otra parada en la vida, está muy feliz y no tiene tiempo. Sé también que hay gente a la que a ti no te gustaría que te reemplazara. Creo que lo haría solo, pero con un corpóreo con tu cara, para que estuvieras tranquila y no sientas que alguien está tomando tu lugar", dijo Cárcamo.
Después, ambos rostros de Canal 13 hablaron de cómo la marca Vértigo sigue vigente, de Yerko, de Luksic, y más.
¿Por qué creen que Canal 13 sigue apostando por Vértigo?
Porque es un programa que tiene éxito de sintonía, y es muy influyente. Siempre nos hemos preocupado de que genere temas en la sociedad. Lo que pasa en el programa, al otro día repercute en muchos lados, y eso el canal lo agradece mucho. Además, Vértigo tiene un gran éxito comercial, y los que lo hacemos esperamos todo el año para hacerlo.
Es una súper buena decisión programar un espacio que es exitoso tanto en números como en sensación. El programa genera conversación. Acá pasan muchas cosas y siempre tratamos de tener invitados diversos, porque finalmente son la excusa para hablar de los temas que a todos nos importan. Es un programa de entretención pero que tiene un gran contenido. Vértigo es una caja de resonancia muy fuerte, es una marca muy potente y es el único estelar de Chile. Tiene el sello de Canal 13 por donde se le mire.
¿Cómo manejan no saber las rutinas de Yerko Puchento?
Eso es lo que da más vértigo. Recuerdo que el primer año de programa tuve mucho conflicto con eso. Le expresé al equipo que yo quería saber la rutina, que no podía no saber a qué enfrentarme, y me respondieron que el vértigo era para todos, y que tenía que aceptarlo como conductor. Lo discutí harto, vehementemente, pero después entendí que ellos tenían la razón. Hay que dejarse llevar, y demostrar de qué estás hecho.
Lo manejo con mucha tranquilidad. En un momento me dio mucho nervio, y no por lo que me pudiera decir a mí, sino por no poder reaccionar. Que un animador no sepa lo que pasará en un momento importante de su programa, no es normal. Uno es el dueño de casa, necesita un plan B. Ahora, con el tiempo, veo que eso le da una magia muy particular, y demuestra nuestro poder de improvisación. Un conductor con oficio debe saber reaccionar aunque no sepa lo que está pasando.
¿Creen que Vértigo funcionaría sin Yerko?
Si Yerko no estuviera, evidentemente, sería otro programa. Yerko es el alma de Vértigo. Pero así como Yerko sostiene el juego, el juego también sostiene a Yerko. Si él no estuviera, este sería otro programa. Si no estuviera, habría que rearmar el proyecto, pero podríamos seguir adelante. El es, además, un personaje muy de Canal 13. Funciona muy bien en este canal, diciendo las cosas que dice acá. Hay una historia entre ambos, y esa es la gracia.
Este programa tiene el ADN mío, el de Martín, y sobre todo el ADN de Yerko. Si tú me preguntas si es irreemplazable, creo que no. Todas las piezas de la televisión de hoy son reemplazables, y eso es lo que hace que sea una plataforma tan vertiginosa y tan cambiante. Si tú me preguntas si el éxito del programa está basado en Yerko, creo que una pieza fundamental es él. Y si podemos hacer Vértigo sin Yerko, yo diría tal vez, podríamos buscar a otra persona, no sé. No quisiéramos que se fuera, y sería terrible perderlo.
¿Qué opinan de sus bromas hacia a Andrónico Luksic?
Me parece que lo que Yerko ha dicho de Luksic ha sido como tiene que ser. Nosotros nunca hemos tenido alguna interferencia de parte de él hacia las rutinas de Yerko. Nadie sabe con qué rutina aparecerá Yerko, ni siquiera nosotros. Me parece muy bien que el dueño del canal se mantenga al margen, y solo opine si le gusta o no, y eso demuestra que entiende muy bien la lógica del programa.
Me gusta que el jefe lo vea, y que demuestre que tiene sentido del humor. Todas las rutinas que ha hecho Yerko sobre él, demuestran que tiene mucho sentido del humor y que a pesar de que es dueño y jefe, tiene la sabiduría de mantenerse al margen, cuando debe hacerlo. Es bueno que sepa dar un paso al costado como dueño de un medio de comunicación que es.
¿Cómo ven el actual escenario de los estelares?
En general, el escenario de la televisión, como todos saben, ha estado un poco deprimido los últimos años, y los primeros afectados fueron los estelares. Y eso fue muchas veces por falta de figuras, falta de creatividad, falta de recursos, y también porque hay pocas apuestas por parte de los canales. Una de las gracias que ha tenido Vértigo, es que el 13 ha apostado por el programa. Hace cinco años, cuando me llamaron para revivir Vértigo, fue una verdadera apuesta por todos los años que no estuvo al aire. Además, tenemos la particularidad de ir en vivo y en directo, y todos los otros estelares son grabados. Lo que pasa aquí no tiene comparación. Los estelares requieren de presupuestos importantes, y si no funcionan en la primera temporada, es muy probable que no tenga una segunda.
Creo que hay poco riesgo por parte de los canales. Creo que debemos reinventarnos, saber presentar los contenidos a la audiencia, y programar buenos contenidos, más que una gran teleserie extranjera. Tiene que haber un equilibrio en la oferta programática, sobre todo en los canales que son líderes, porque es necesario generar identidad. Una teleserie turca, por muy exitosa que sea, no genera identidad, y eso hace que la televisión comience a ser prescindible.