Con las cámaras y flashes siguiendo sus pasos, Diana Bolocco y su ex marido, el empresario Gonzalo Cisternas, se reunieron ayer en tribunales. La pareja -que se casó en noviembre de 1999 y se separó en 2006- llegó a las dependencias del Segundo Juzgado de Familia de Santiago para asistir a la primera audiencia del proceso de divorcio, que comenzó el pasado 11 de abril, cuando firmaron un acuerdo en la Notaría Luis Poza de la comuna de Vitacura. En este documento se dividen los gastos de los dos hijos que tienen y se establece un régimen de visitas para el ex esposo.

En el acuerdo de ocho páginas -que ayer fue nuevamente presentado ante la jueza Claudia Donoso- la animadora de Canal 13 y Cisternas declaran haber regulado las diversas materias relacionadas con el divorcio. Y entre los detalles que se filtraron a la prensa -cuando los papeles fueron firmados- se establece que los gastos del hogar de la conductora y sus hijos ascienden a aproximadamente a $3 millones mensuales, incluyendo arriendo y alimentación, educación, vestuario y gastos médicos de los dos niños. Fuentes relacionadas con el proceso, y que prefieren mantener su nombre en reserva, explican que Cisternas se haría cargo del colegio y de los gastos en salud de los hijos.

Según el documento, el empresario tiene derecho a estar con sus hijos cada fin de semana por medio, además de compartir con ellos por un mes durante las vacaciones de verano y una semana en las vacaciones de invierno. Sin embargo, amigos de la ex pareja aseguran que en este sentido el pacto "en la práctica es mucho más abierto y relajado, sin complicaciones".

Según comentan las mismas fuentes, ayer el ex matrimonio trató de hacer el trámite judicial "de la manera más amigable posible, para no tener que pelear por temas de plata... Eso lo dejaron saldado de antes y no es prioridad".

Diana Bolocco arribó a los tribunales cerca de las 11 de la mañana, con sus abogados Juan Enrique Ward y Francisco Ovalle. En el tercer piso ya estaba Gonzalo Cisternas, con su abogado Cristián Leontic Parod. El encuentro fue cordial. Se saludaron de beso y se sentaron juntos en una banca, a la espera de ser llamados al interior de la sexta sala. Conversaron y ella se rió en varias oportunidades.

La audiencia duró 45 minutos y la animadora intentó evadir a la prensa saliendo por las escaleras de servicio y escoltada por un guardia. Señaló que "estoy tranquila y bien". Agregando que "todavía falta una audiencia más".