El autor confeso del doble atentado en Noruega, el ultraderechista Anders Behring Breivik, dejó 900 balas sin usar en la isla de Utoya, uno de los escenarios de la matanza del 22 de julio, informa hoy el diario VG.
La Policía las encontró en una maleta en la oficina de información de la isla, según varias fuentes citadas por el medio.
Durante el tiroteo, que se prolongó más de una hora, Breivik volvió a la oficina varias veces en busca de munición. En los registros realizados en Utoya, la Policía encontró también cargadores y balas en el chaleco, el rifle y la pistola que el fundamentalista cristiano llevaba consigo cuando fue detenido el pasado 22 de julio.
Breivik hizo estallar ese día un auto bomba en el complejo gubernamental de Oslo, donde murieron ocho personas, e inmediatamente después se trasladó a la isla de Utoya, a 45 kilómetros de la capital, donde disparó de forma indiscriminada matando a 69 personas.
La mayoría de las víctimas de Utoya eran jóvenes que asistían al campamento de las Juventudes Laboristas (AUF).