Ricardo Pedreira, director de la Asociación Nacional de Diarios de Brasil (ANJ), que a fines del año 2011 invitó a sus asociados a prohibir a Google que su contenido aparezca en los resultados de noticias del buscador, expresó que la baja en el tráfico web de los periódicos es de "solo" un 5%.

Además, agregó que dicha baja era es "el costo a pagar por la protección de nuestros contenidos y marcas".

Entrevistado por el Knight Center de la Universida de Texas, Pedreira afirmó que "Google es una empresa que factura mucho en publicidad y uno de los activos que ellos tienen para esa facturación son los contenidos que nosotros producimos, por lo que entendemos que es justo alguna especie de remuneración".

Newton Neto, gerente de colaboración de Google Brasil, expresó que "los editores pueden decidir si quieren o no ser indexados. Estamos comprometidos a llevar contenidos de calidad a los usuarios de la forma más simple y rápida posible, es por eso que tenemos alianzas con reconocidas editoras a nivel mundial que deciden aparecer en Google Noticias".

Según Eugeni Bucci, profesor de la Escuela de Comunicaciones y Artes de la Universidad de Sao Paulo, sólo hay un conflicto económico, sino también uno de poder. "Con el surgimiento de los motores de búsqueda y de los agregadores de noticias en Internet, los periódicos pierden una parte importante de la cadena de valor. Creo que la decisión de salir de un motor de búsqueda es un intento por dominar nuevamente", explicó.

Para un diario impreso, el medio es dueño de toda la cadena de valor (desde la producción de la noticia hasta la entrega al consumidor final). En Internet, parte del proceso es controlado o influenciado por industrias de las telecomunicaciones, de la informática y actualmente por intermediarios como Google, afirmó Bucci.

Mientras esta disputa se libra en Brasil, en Europa se matiene una disputa entre los gobiernos y Google, que amenaza con sacar a los diarios de Francia de sus resultados de búsqueda si es que el Estado insiste en una ley que crearía un impuesto para compensar a los editores de prensa.