La prensa peruana recordó hoy con duras críticas y llamados a defender los valores democráticos, los 20 años del "autogolpe" del entonces Presidente Alberto Fujimori (1990-2000), sentenciado a 25 años de cárcel por abusos a los derechos humanos.

El diario El Comercio, por ejemplo, afirmó en su editorial que "el golpe de Fujimori no acabó el 5 de abril (de 1992), sino que continuó a lo largo de sus diez años en el poder". "Una a una, el régimen fue haciendo caer, con razones que ya nada tenían que ver con la "salvación" del país, las instituciones que existían para limitar su poder", agregó.

En un clima de violencia terrorista e hiperinflación, Fujimori disolvió el Congreso e intervino todos los poderes del Estado para introducir una serie de reformas legales que le permitan aplicar una serie de duras acciones de Gobierno.

El matutino criticó que aún haya un alto porcentaje (47 %) de apoyo ciudadano a esa medida, que comenzó con el cierre del Congreso y la intervención del Poder Judicial, porque el gobernante que tiene todo el poder "siempre aprovechará para ir más allá de lo acordado".

Según El Comercio, "no es únicamente por mantener garantías para nuestras libertades que los ciudadanos tendríamos que oponernos a cualquier atentado institucional, sino también por respeto personal".

El periódico La República señaló en su editorial que "el régimen que emergió de ese acto no fue el más largo de su género pero quizás el más doloroso para la República por su entraña mafiosa, por su entrega neoliberal liquidadora de derechos y por su indigno epílogo, la renuncia por fax del cabecilla huido y el descubrimiento de su doble nacionalidad".

A la luz del respaldo que mantiene el fujimorismo en la política nacional, La República afirmó que este partido "se engaña si cree que ello expresa y gratifica su memoria política". En opinión del diario limeño, el apoyo al fujimorismo luce más bien "como el creciente malestar peruano con la democracia y sus resultados y como una demanda de perfeccionamiento, no de regresión autoritaria".

El rotativo Perú.21 recogió la opinión de la congresista fujimorista Luisa Cuculiza que afirmó que la medida no fue nada agradable para la democracia, y dijo que cree que "si no se hubiera dado este famoso golpe, la historia de Perú habría sido otra".

El periódico resaltó que lo positivo de esa acción fue la elaboración de una nueva Carta Magna en 1993, que "marcó la ruta del crecimiento económico", mientras que lo negativo fue "la organización de un poder paralelo siniestro que tenía por objetivo quedarse en el poder durante largos años".

A su turno, el director del Diario 16, Juan Carlos Tafur, expresó en su columna que otra de las consecuencias del autogolpe de 1992 fue la creación de "un sistema político nefasto", que se ha extendido en Suramérica. Los mandatarios "Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales no son hijos de Fidel Castro. Son hijos de Fujimori", afirmó Tafur.

El periodista agregó que es "curioso" que algunos sectores de la derecha peruana, que siguen aplaudiendo el autogolpe de Fujimori, hayan advertido que el actual mandatario, Ollanta Humala, iba a hacer lo mismo para reelegirse indefinidamente, lo cual no ha sucedido.

Por su parte, el director del diario La Primera, César Lévano, recordó en su columna que, hace 20 años, afirmaba que se trataba de "un golpe militar que lleva como mascarón de proa a Fujimori", pero que es "el golpe de los militares violadores de derechos humanos y vinculados al narcotráfico".

"Ahora se conoce que Fujimori, Vladimiro Montesinos y el general Nicolás Hermoza, comandante general del Ejército, formaban una banda delictiva y asesina, y que, después de juicios impecables, pagan con prisión sus crímenes de corrupción y contra los derechos humanos", anotó.

Fujimori cumple actualmente una condena a 25 años de prisión por las matanzas cometidas por el grupo militar encubierto Colina, mientras que su exasesor Montesinos tiene una serie de condenas por delitos de corrupción, tráfico de armas y abusos a los derechos humanos.