Desconocido aún a nivel internacional, el nombre de Miguel Díaz-Canel suena en cambio familiar para la gran mayoría de los cubanos. En especial dentro del aparato del poder que gobierna la isla desde hace 54 años. Alto, de tez blanca y buena presencia física -las cubanas suelen describirlo como atractivo-, el nuevo hombre fuerte del castrismo es un político formado íntegramente en las organizaciones de base del Partido Comunista de Cuba (PCC). A sus 52 años, Díaz-Canel es también el primer político en llegar a "número dos" en la escala de poder, por detrás únicamente de Raúl Castro, nacido después de la revolución de 1959. Desde sus tiempos de joven dirigente en provincias lo precede su fama de hombre leal, eficiente y discreto.
"Un apparatchik", señalan disidentes como el economista Oscar Espinosa Chepe, ex funcionario estatal y uno de los 75 opositores detenidos en la llamada "primavera negra" de 2003. "Un mánager" que ha estado en diferentes partes de "la cadena" de poder del PCC, lo define por su parte Arturo López-Levy, experto cubano-estadounidense de la Universidad de Denver.
El nuevo primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros es considerado también un hombre de confianza del presidente, forjado además en la escuela del "raulismo": "A diferencia de las promociones de Fidel, Miguel Díaz-Canel no fue elevado por helicóptero a partir de las simpatías del máximo líder, sino a la manera raulista, paso por paso, a través de la escala partidista", valoró López-Levy. El menor de los Castro empezó a impulsar su ascenso ya desde 2003. "No es advenedizo ni un improvisado", enfatizó el presidente el pasado 24 de febrero.
Díaz-Canel tiene una clásica carrera dentro del único partido político permitido en la mayor de las Antillas. Tras graduarse como ingeniero electrónico en 1982, el político natural de Villa Clara, en el centro del país, estuvo en las FF.AA. hasta 1985. A partir de ese año se convirtió en profesor universitario y empezó a militar en la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). Después de participar en una misión de apoyo al gobierno sandinista en Nicaragua entre 1987 y 1989, Díaz-Canel ingresó en 1991 al Comité Central del PCC y ocupó los cargos de secretario general del partido en las provincias de Villa Clara y Holguín.
Sus buenos resultados le valieron en 2003 el ascenso al Buró Político del PCC, a propuesta del entonces ministro de las FF.AA., Raúl Castro. El actual presidente, que se ganó fama de buen gestor durante casi medio siglo al frente del eficiente aparato militar, lo elogió en grandes términos: "Tiene un alto sentido del trabajo colectivo y de exigencia con los subordinados y predica con el ejemplo en el afán de superarse cotidianamente", dijo. "Ha mostrado una sólida firmeza ideológica". Díaz-Canel se convirtió entonces también en el miembro más joven del Buró Político.
El nuevo "número dos", por otra parte, es el último miembro activo de una generación de jóvenes políticos promovida en su momento por Fidel Castro y caída en desgracia más adelante. El caso más sonado fue el del ex canciller Roberto Robaina, dirigente joven y carismático, político predilecto durante años del propio Fidel Castro. Robaina fue expulsado del gobierno y del PCC en 2002 "por errores políticos y éticos" y acusado de "deslealtad" con su mentor. Díaz-Canel representa ahora una de las últimas apuestas del castrismo para impulsar la renovación generacional. El propio Raúl Castro, de 82 años, ha hablado de la necesidad de formar una "reserva de sustitutos" adecuada, porque "el tiempo apremia".