Señor director:
Hay un dicho campesino que reza "el chancho embarrado nunca quiere ser solo", y se refiere a aquellas personas que, siendo incapaces de reconocer sus propios defectos, prefieren dar énfasis a los defectos de los otros.
Me parecen francamente una vergüenza y una tremenda falta de respeto las declaraciones recientes del secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone. Si él y sus representados se encuentran "tan libres de pecados", ¿por qué no contestar las preguntas de la prensa alusivas a la polémica en torno al Papa? ¿Por qué al dar declaraciones desvirtúa el foco del tema en polémica -los sacerdotes que cometieron abusos sexuales y la pertinencia del celibato- apuntando a los homosexuales?
Soy católica y siento tristeza por el comportamiento del cardenal. Qué lamentable que una persona acomodada en la esfera de la Iglesia tenga la soberbia de no reconocer que en ella se han cometido atrocidades, realidad tan difícil de admitir que pareciera que mejor resulta enjuiciar a aquellos que son diferentes.
Lessly Chávez