Un tribunal militar nigeriano ha condenado a dos años de cárcel a 16 militares, entre ellos tres oficiales, por los fallos cometidos durante el ataque que acabó en el secuestro de las casi 300 niñas de Chibok el pasado mes de abril, informaron medios locales.
Es la primera acción disciplinaria que el Ejército nigeriano ejecuta en relación con el caso, más de ocho meses después de que militantes de Boko Haram secuestraran a las 300 niñas, de las cuales 219 siguen en paradero desconocido.
Los militares, entre los que hay un teniente coronel, un capitán y un subteniente, han sido condenados a la pena máxima por faltar a su deber de proteger a los habitantes de Chibok, incluso cuando habían recibido información de que el ataque estaba teniendo lugar.
El secuestro de las niñas, cuyo caso no ha registrado avances significativos desde hace meses, es un tema de importancia capital para el presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, que se presenta a la reelección en los comicios de febrero de 2015.
En las últimas semanas el Ejército nigeriano ha intentado reducir la ineficacia de las tropas destacadas en el noreste del país mediante la aplicación estricta del Código Militar, lo que ha comportado numerosas detenciones y sentencias.
Hoy mismo un grupo de 118 soldados ha sido trasladado desde Maiduguri, en el estado de Borno, a Abuja, la capital, para ser juzgados por un tribunal militar por insubordinación durante las operaciones contra la insurgencia de Boko Haram.
El portavoz del Ejército, el general de Brigada Chris Olukolade, declaró a la prensa que no había motivos para la alarma a pesar de los recientes juicios, ya que en su opinión el uso de tribunales militares como herramienta disciplinaria es algo recurrente en muchos países.
A principios de mes una corte marcial de Abuja condenó a muerte a 54 soldados que se negaron a participar en una operación contra Boko Haram.
En septiembre 12 soldados fueron sentenciados a muerte por insubordinación e intento de motín tras disparar contra el coche de un oficial de alto rango al que culpaban por la falta de medios y personal para luchar contra el grupo islamista.
La lucha contra Boko Haram, que ha causado más de 13.000 muertos desde se levantara en armas en 2009, ha puesto de manifiesto la escasa capacidad del Ejército para hacer frente a una resistencia organizada y que muchas veces dispone de mejor equipamiento que los propios militares.