Diez años del primer iPhone, el teléfono que cambió las reglas de la industria

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En enero de 2007, Steve Jobs anunció un aparato que condensó en un sólo dispositivo telefonía e internet. Hoy, aunque muchos critican su falta de evolución, el iPhone representa el 70% de los ingresos de Apple.




Como cada mes de enero, Steve Jobs se preparaba para realizar su primera conferencia anual de productos en el marco de la Macworld, un evento en San Francisco paralelo a la feria CES de Las Vegas, tradicionalmente comandada por su rival, Bill Gates.

Vestido con su clásica camiseta negra y jeans, Jobs se paró en el escenario e hizo tres anuncios: un iPod con pantalla táctil, un teléfono y una nueva forma de navegar en internet. Pero no se trataba de tres dispositivos, sino de uno solo, que revolucionaría la industria de telefonía: el iPhone.

En poco más de 50 minutos, Jobs resumía su temeraria propuesta: un teléfono sin teclas, con sólo un botón que podía ser controlado sólo con los dedos sobre una gran pantalla.

El pequeño rectángulo negro buscaba llevar al teléfono móvil a un nivel inimaginable, convirtiéndolo en el hogar de nuestra música, fotos, videos y conexión a internet.

Alfonso Gómez, presidente ejecutivo del Centro de Innovación UC, cree que el iPhone es quizá el producto más importante creado por Apple. "Si uno ve la radicalidad del cambio de estándares que generó en toda la industria, el volumen y profundidad del cambio cultural que gatilló y el hecho que es la línea de producto que explica casi el 70% de los ingresos de la compañía, pienso que es correcto decir que es el producto de mayor impacto que la empresa ha producido".

En 2007, el estado de la industria móvil era completamente diferente al de hoy: Nokia lideraba el mercado con poderosos modelos y BlackBerry era el dispositivo ideal para trabajar.

En 2009, Anssi Vanjoki, jefe de estrategia de Nokia dijo que el iPhone iba a ser como todos los productos de Apple: llamaría la atención al principio pero que al igual que en el mercado del PC, terminaría convertido en un producto de nicho.

El iPhone original no tenía GPS, su cámara era de sólo 2 megapíxeles, e incluso carecía de 3G, aun cuando parte fundamental de su funcionamiento estaba en la navegación. Pero su principal innovación saltaba a la vista: su pantalla. Más allá de su tamaño, la idea de Apple fue usar una pantalla táctil capacitiva, es decir, que funcionaba con el tacto en vez de un lápiz, y además multitáctil, la primera en reconocer más de un dedo para ejecutar varias funciones.

Gómez explica que gracias a su pantalla, el uso del celular no se limitaba a la oferta física del equipo. "La pantalla interactiva plana y de cristal, significó el fin de los teclados físicos y agregó la posibilidad de contar con infinitas maneras de ingresar y desplegar información". Así, por ejemplo, el teléfono tomaba un diseño diferente para navegar, ver un video o revisar fotos.

Fue el nacimiento de las aplicaciones, concepto que hasta entonces era propio solo de computadores. El primer modelo solo venía con algunas como YouTube o Google, pero tras la primera gran actualización en 2008, los usuarios podían descargar e incluso crear sus propias formas de mejorar el uso del teléfono. "Al día siguiente de su lanzamiento ya había miles de aplicaciones creadas por el ejército de fieles miembros de la comunidad de desarrolladores", dice Gómez.

El impacto del teléfono fue grande para un producto que en su debut tuvo una pequeña distribución, limitada principalmente a EE.UU., logrando vender 1,3 millones de unidades. Para 2016, las ventas superaron las 210 millones de unidades y el aparato representa el 70% de las ventas anuales de la compañía, que el año pasado generó 233 mil millones de dólares.

La razón de este margen no sólo se debe a la gran cantidad de unidades vendidas, sino por el bajo costo de producción: cada iPhone le cuesta a Apple unos 224 dólares, mientras el precio del aparato desbloqueado es de 700 dólares.

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Lo que viene

Diez años después del primer iPhone y seis después de la muerte de Jobs, el presente de dispositivo es distinto. Pese que a nivel de ventas sigue siendo el principal motor de la compañía, para lograrlo, Tim Cook, actual CEO de Apple ha debido adoptar un modelo similar al de sus rivales. El iPhone ahora tiene tres versiones, en lugar del modelo anual de Jobs, lo que sin embargo, ha dinamitado la creatividad según algunos críticos.

Pero Hugo Morales, editor del sitio especializado en móviles Pisapapeles.net el ritmo con el cual las empresas lanzan sus productos impide que cada teléfono que salga al mercado sea revolucionario. "Cuando los cambios son cosméticos o internos e impactan dramáticamente al rendimiento del smartphone, o mejora en cosas obvias como la cámara, inevitablemente queda la sensación que el cambio es mínimo cuando no lo es".

Para Morales, la administración de Cook ha sido efectiva con lo que tiene, en un mercado completamente diferente al que había hace 10 años. "En sus inicios, la competencia de iPhone era poca y mala. Hoy los rivales aprendieron a competir, entregando productos que incluso podrían ser mejores". Asegura que la posición del iPhone como centro de la industria está lejos de perderse, pero que esta ha cambiado a un universo donde existen modelos tan parecidos, que con poco se puede destacar.

"No sé si los nuevos smartphones de Apple serán el faro que ilumine a la industria, pero sí seguirán siendo influyentes en un mercado que parece haberse quedado sin muchas ideas innovadoras".

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