Jorge Sampaoli estaba casi seguro en la banca de Argentina, pero surgieron diferencias de última hora que ponen en entredicho su firma y, sobre todo, el cumplimiento del sueño del casildense. De dos tipos: económica y de duración del contrato.
En la AFA, no están dispuestos a cumplir con la petición que planteó el estratega: que le igualen el contrato que tiene en el club andaluz. Es decir, con ingresos que bordean los 2,5 millones de euros. Apenas le ofrecen la mitad. Y no por un mero capricho, sino porque las esmirriadas condiciones económicas que presenta el balompié transandino no permiten un desembolso tan cuantioso.
Hay otro problema, que tampoco es menor. El técnico pretende un contrato de largo plazo: cuatro años. Sin embargo, la dirigencia que encabeza Claudio Tapia no está tan segura de asumir una aventura tan extensa. En ese escenario, la postura es que el vínculo se prolongue hasta el fin de las Eliminatorias y que, si se consigue la clasificación a Rusia 2018, se extienda automáticamente. Las discrepancias deben resolverse pronto, pues la idea era oficializar su fichaje mañana. De hecho, ya está programado el que, eventualmente, sería su debut en la banca: el viernes 9, ante Brasil, en Australia.