Fiscales italianos dieron a conocer hoy un video en el que se puede ver un asesinato mafioso en Nápoles ante el que los transeúntes reaccionan con indiferencia, una difusuión que esperan ayude a romper el muro de silencio sobre la identidad del asesino.
El video, recogido por cámaras de circuito cerrado, muestra a un hombre con una gorra de béisbol que el pasado 11 de mayo disparó a plena luz del día sobre Mariano Bacio Tarracino, un hombre de 53 años con un historial criminal en la mafia.
Tarracino aparece fumando un cigarrillo en el exterior de un bar en el céntrico barrio de Sanita. El asesino entra en el bar, donde hay al menos seis personas, luego sale y dispara a Tarracino a corta distancia. Cuando éste cae al suelo, le remata con un disparo en la cabeza.
Ninguno de los transeúntes mueve un dedo, aunque es difícil decir si por indiferencia o por miedo a las represalias. Una mujer aparece rascando una tarjeta de lotería mientras Tarracino es asesinado delante de ella. Un vendedor de cigarrillos mueve su puesto unos metros más allá, mientras que un hombre con un bebé mira a la víctima y sigue andando.
Tras cinco meses de investigaciones, los fiscales no han conseguido identificar al asesino, a pesar de que su cara se puede ver claramente en las imágenes.
"Hemos decidido hacer circular el video lo más ampliamente posible, pidiendo la cooperación de cualquiera que pueda dar información para identificar al asesino y su paradero", dijo en un comunicado la oficina de Nápoles que lleva la investigación contra la mafia.
El video, que se colocó entre los más vistos en las páginas de los medios de comunicación italianos, desató la ira de los políticos. Un miembro de los Verdes en la región de Campania, en la que se incluye Nápoles, ofreció 2.000 euros por información que lleve al arresto del asesino.
Roberto Saviano, el autor de Gomorra, ha comentado en el diario italiano La Repubblica que es la primera vez que la fiscalía difunde un video de un asesinato de la Camorra, y ha subrayado que las imágenes reflejan la "absoluta y trágica serenidad" tanto del asesino como de los ciudadanos que asisten a la muerte en Nápoles, "un lugar donde la vida no vale nada".
Nápoles, la tercera ciudad más grande de Italia, padece la plaga de la Camorra y sus habitantes se han acostumbrado, aunque no resignado, a la violencia casi diaria en sus calles.