"Petrobras es mayor que cualquier crisis", estas palabras marcaron el discurso de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quien hoy asumió su segundo mandato presidencial a cargo de una de las economías más importantes del mundo. Rousseff también aseguró que no estuvo implicada en ningún caso de corrupción y anunció diversas medidas para hacer frente a esa práctica.

"Petrobras es una empresa con 86 mil empleados dedicados, honestos y serios, que lamentablemente tuvo algunos señores que no supieron honrarla. Buscamos reforzarla, implantar en Petrobras la estructura más eficiente y rigurosa que ha tenido Brasil, Petrobras es capaz de eso y mucho más (...) Tenemos muchos motivos para preservar y proteger a Petrobras de personas internas y enemigos externos, vamos a investigar con rigor todo lo errado que se haya hecho, vamos a crear mecanismos que eviten que hechos como estos ocurran nuevamente", dijo la presidenta.

CONTRA LA CORRUPCIÓN Y LEYES SOCIALES
Rousseff hizo un espacio especial en su discurso para referirse a la corrupción. "Brasil sabe que jamás estuve en un pacto con ningún ilícito, mi gobierno fue el que más apoyó el combate a la corrupción, mediante leyes más severas, y por la independencia respetada del ministerio público, el gobierno y la justicia van a cumplir el papel que se espera de ellos", indicó.

La presidenta además agregó que "todo lo que estamos haciendo converge en un solo objetivo, democratizar el poder, luchar por la reforma política, oír a la sociedad y movimientos sociales, democratizar el poder significa combatir enérgeticamente la corrupción, la corrupción ofende y humilla a los trabajadores, a los empresarios y a los brasileños honestos, la corrupción debe ser extirpada".

Dentro del discurso anució reformas sociales, políticas y económicas como eje de su segundo gobierno de cuatro años, y aseguró que "el destino de Brasil es ser un país desarrollado".

Al terminar sus palabras, Dilma Rousseff hizo referencia a lo que vivió durante la dictadura brasileña, y se calificó como "parte de una generación sobreviviente". "Lo imposible se hace ahora, sólo los milagros quedan para después", puntualizó.