La Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, habló por primera vez desde que asumió el poder, de la lucha que debió iniciar en 2009 para derrotar un cáncer linfático. la jefa de Estado partició de un programa televisivo dedicado a mujeres y presentado por Ana María Braga, quien también superó la enfermedad.
La mandataria afirmó que la experiencia la transformó: "Salí diferente. Una sale más fuerte", dijo al recordar el momento en que superó la enfermedad.
Durante el programa, Dilma hizo gala de su talento culinario, al preparar una tortilla de queso mientras comentaba el peso simbólico de ser la primera mujer en llegar al máximo cargo de la República en Brasil, y sostuvo que es por ésto que desea que la llamen "presidenta".
"Es para enfatizar que ahora existe una mujer en el más alto cargo del país. Yo soy presidenta porque un grupo de mujeres salió de su casa y ayudó a construir esto. A partir de ahora, las niñas podrán querer llegar a la Presidencia, y esto será normal. Se ha roto un paradigma", dijo.
Al mismo tiempo, atribuyó a un prejuicio social el hecho de que la definan como "dura" y "rígida": "A mí siempre me gustó la canción popular brasileña, ir al cine, sentarme en un bar y charlar con la gente. ¿Alguien se acuerda de que hayan llamado de duro a algún hombre haya llegado a la dirección del país? De las mujeres la gente espera una fragilidad".
Durante el programa, Dilma Rousseff dijo que las mujeres y los niños son los principales blancos de su proyecto de erradicar la miseria en Brasil: "La pobreza en Brasil tiene cara y origen. Es muy femenina, está ligada a las mujeres y a los niños. Nosotros vamos a cambiar esta situación".
"Yo tengo la certeza de que una política de erradicación de la pobreza tiene que estar dirigida a los niños y a las mujeres. Nosotros la dirigiremos a las madres, que protegerán a sus hijos", concluyó.