Una serie de acusaciones de corrupción intercambiaron la presidenta Dilma Rousseff y el candidato opositor Aécio Neves en el primer debate rumbo a la segunda ronda de las reñidas elecciones de Brasil.
Neves criticó a Rousseff por no tomar una actitud más fuerte en torno a una serie de sobornos dentro de la paraestatal Petrobras que, según un ex ejecutivo indiciado, podría involucrar al gobernante Partido de los Trabajadores (PT).
Por otr lado, la mandataria cuestionó al candidato del Partido de la Social Democracia por nominar a familiares para puestos de gobierno y haber construido un aeropuerto en la propiedad de un pariente.
La mandataria, en la ocasión también resaltó los logros sociales de su gobierno y los de su predecesor Luiz Inácio Lula da Silva, al tiempo que relacionó a Neves al Brasil de la década de 1990, cuando subieron significantemente el desempleo y la inflación.
En los últimos días, Neves ha reclamado al gobierno haber permitido maniobras de corrupción en Petrobras denunciadas por un ex ejecutivo involucrado. La semana pasada surgieron nuevas denuncias que implicaron a más funcionarios y a partidos políticos como el PT.