El ministro ecuatoriano de Electricidad, Esteban Albornoz, presentó hoy su dimisión del cargo, tras ser el blanco de duras críticas por la crisis energética que sufre el país desde noviembre pasado, lo que ha obligado a aplicar un plan permanente de cortes programados.

Una fuente de la Presidencia indicó que Albornoz presentó su carta de renuncia al mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, quien aceptó esa decisión, aunque aún no ha anunciado quién lo sucederá.

Albornoz, antes de anunciar su salida del cargo, dijo que los racionamientos eléctricos se mantendrán de forma indefinida, incluso en la ciudad portuaria de Guayaquil, nudo económico del país, donde los apagones se habían suspendido la semana pasada.

El saliente ministro de Electricidad no informó cuándo se reanudarán los cortes de luz en Guayaquil ni hasta qué fecha se mantendrán los apagones en el resto del país.

Las autoridades energéticas habían anunciado que suspenderían los racionamientos ayer, pero esa oferta no se cumplió y se desconoce si los apagones se eliminarán en todo el país antes de Navidad, como lo habían sostenido.

Albornoz, en una declaración a la prensa, aseguró que la información oficial de la situación energética es de "exclusiva responsabilidad" del Ministerio que estaba a su cargo.

El ministro, que ha sido acusado por políticos de la oposición de supuesta "negligencia" para prevenir la actual situación eléctrica, remarcó que ha venido "afrontando la crisis desde todos los ámbitos", con "profesionalismo" y bajo estrictos "principios éticos".

La oposición en el Legislativo tramita un juicio político contra Albornoz, a quien considera responsable de la crisis energética y le acusa de falta de previsión para afrontar el actual déficit de generación eléctrica.

La crisis eléctrica en Ecuador se debe, en gran parte, a la grave sequía que afecta a la mayor central hidroeléctrica del país, la planta de Paute, que en condiciones normales aporta un 35 por ciento de la oferta total de energía que demanda la nación, pero que ha reducido su producción en más de un tercio de su capacidad.

Desde hace unas seis semanas el sur andino de Ecuador, donde se asienta Paute, soporta un severo estiaje, considerado el peor de los últimos 45 años.

Según los últimos informes, el nivel de agua en el reservorio de Paute bajó casi 2 metros y se sitúa unos 20 metros por debajo de la línea óptima.

Asimismo, el caudal de los ríos que alimentan el embalse de la central hidroeléctrica se ha reducido a una tercera parte del volumen considerado normal.

El pasado 5 de noviembre, el Gobierno ecuatoriano aplicó un plan de racionamiento de energía en todo el país, situación que no se había producido en los últimos 20 años.