El nuevo gobierno del premier italiano Mario Monti sufrió hoy su primera baja por razones éticas, con la renuncia del subsecretario de la Presidencia para el sector editorial, Carlo Malinconico, acusado de recibir vacaciones extras en un exclusivo balneario toscano.

El gobierno de Monti llegó al poder en noviembre prometiendo transparencia y rigor para sacar a Italia del desastre financiero, imponiendo severas medidas de austeridad que incluyeron mayores impuestos y reducción de pensiones.

Malinconico, presentó su dimisión aunque insistió en su inocencia.

Los medios de comunicación italianos afirman que un empresario investigado por presunta corrupción en un caso de contratos públicos pagó al menos parte de los 19.876 euros (25.000 dólares) de la estancia de Malinconico un fin de semana en 2007 y 2008 en el balneario Il Pellicano, en la costa toscana.

Il Pellicano, de cinco estrellas y situado en Porto Ercole, es uno de los balnearios más exclusivos de Italia en el que una habitación en la alta temporada de este año cuesta de 630 a 2.500 euros (800 a 3.200 dólares) por noche.

Monti, un economista y ex comisionado europeo, ha insistido en que su gobierno de tecnócratas no debe tener conflicto de interés alguno o cualquier otro impedimento ante la necesidad de tener que solicitar sacrificios a la sociedad italiana.

El caso Malinconico es el primer escándalo del nuevo gobierno y Monti lo liquidó por la ví­a rápida al aceptar la renuncia de Malinconico tras reunirse con él hoy.

En una declaración, Monti agradeció a Malinconico su "sentido de responsabilidad en anteponer los intereses del público antes que cualquier otra consideración". La nota destacó que Malinconico mantuvo haber actuado de forma correcta.

Cuando visitó el balneario, Malinconico era secretario general en el gobierno centro-izquierdista de Romano Prodi.

CASO

Los hechos salieron a la luz cuando hace unos días el diario Il Fatto Quotidiano informó del contenido de unas escuchas realizadas al empresario Francesco de Vito Piscicelli, investigado en la trama de corrupción en la concesión de las obras para grandes eventos en Italia, entre ellos el G8 de 2009 que se iba a celebrar en La Magdalena y después se hizo en L'Aquila.

Piscicelli, quien se hizo popular en Italia por una escucha telefónica en la que se jactaba de las ganancias que podría obtener de la reconstrucción de L'Aquila tras el terremoto de 2009, hablaba en esas interceptaciones sobre las distintas estancias de Malinconico pagadas a su costa en un hotel de Porto Ercole.

Los pagos, según creen los investigadores, se llevaban a cabo a través de Angelo Balducci, antiguo presidente del Consejo Superior de Obras Públicas y responsable de las obras en La Magdalena que también fue investigado por la trama por supuesto abuso de autoridad y corrupción.