Tres miembros de la Junta del Banco Central de Chipre dimitieron hoy de sus puestos, aumentando aún más la crisis de la institución, cuyo gobernador mantiene tensas relaciones con el Ejecutivo.

Según informó el canal estatal RIK, la razón ofrecida por los miembros dimisionarios de la junta es que se les estaba ignorando en sus recomendaciones y su labor había sido reducida a una labor meramente "decorativa".

De acuerdo a la edición electrónica del diario chipriota 'Kathimerini', el funcionamiento del Banco Central quedará paralizado ya que de los siete miembros de la Junta de Gobierno, tres habían sido suspendidos anteriormente y otros tres han dimitido hoy, lo que deja a sólo un miembros más el Gobernador, y el quórum necesario para la toma de decisiones es de cuatro personas.

El diario no excluye que la dimisión pueda ser parte de una jugada para forzar la dimisión del gobernador, Panikos Dimitriadis, muy criticado por su gestión de la crisis bancaria en Chipre.

El presidente de Chipre, el conservador Nikos Anastasiadis, debería ahora nombrar sustitutos para los miembros dimisionarios, aunque 'Kathimerini' no descarta que espere a que Dimitriadis deje su cargo.

Dimitriadis mantiene unas relaciones muy tensas con el Ejecutivo de Anastasiadis y en las últimas semanas han sido numerosos los encontronazos.

El partido de Anastasiadis impulsó esta semana en el Parlamento el inicio de una investigación sobre el gobernador del Banco Central de Chipre, al que se acusa de haber ocultado información sobre la situación de los bancos, y se deberá decidir si de ello se derivan responsabilidades penales.

Este hecho ha molestado al Banco Central Europeo cuyo gobernador, Mario Draghi, en una carta enviada a Chipre manifestó su preocupación por el proceso iniciado en el Parlamento, que podría culminar en el despido de Dimitriadis.

"Como saben, la independencia de los bancos centrales es un pilar fundamental de las instituciones económicas de la Unión Europea", afirmó Draghi.

Además, recordó que la legislación europea sólo contempla dos casos en los que se puede hacer dimitir al gobernador de un banco central -que no se encuentre en condiciones de cumplir su cometido o que sea culpable de negligencias graves- y advirtió de que un proceso para forzar su salida de ese puesto "es un paso muy serio que sólo puede ser dado en caso de que haya serias alegaciones en su contra".