En el pasado, Hawking expresó que la idea de un creador divino no era incompatible con el entendimiento científico del cosmos.
Pero en su libro más reciente, "El gran diseño", sostiene que las nuevas teorías dejan en claro que el fenómeno conocido como el Big Bang (la explosión que dio origen al Universo) fue una consecuencia inevitable de las leyes de la física.
"No es necesario invocar a Dios para encender la mecha y darle inicio al Universo", concluye el científico.
En su anterior libro de 1988, el popular "Una breve historia del tiempo", Hawking pareció aceptar la mano de Dios en la creación del cosmos.
"Si pudiéramos descubrir una teoría completa, sería el máximo triunfo de la razón humana, porque entonces conoceríamos la mente de Dios", escribió entonces.
Sin embargo, en su última obra, el físico más famoso del Reino Unido disputa la creencia de Isaac Newton, quien afirmó que el Universo debió haber sido diseñado por Dios y no pudo haber surgido del caos.
DE LA NADA
Hawking identifica el descubrimiento, en 1992, de un planeta en órbita alrededor de una estrella diferente a nuestro Sol como la primera grieta en la teoría divina.
"Eso hace que las coincidencias de nuestras condiciones planetarias -un único Sol, la combinación de la distancia entre el Sol y la Tierra y la masa solar- sean mucho menos excepcionales y mucho menos convincentes como evidencia de que la Tierra fue cuidadosamente diseñada sólo para satisfacer a los seres humanos", sostiene.
El científico explica que es por la ley de la gravedad que el Universo puede crearse de la nada.
"La creación espontánea es la razón por la que hay algo en lugar de nada, el porqué de la existencia del Universo, el porqué de nuestra existencia".
El coautor del libro es el físico estadounidense Leonard Mlodinow y saldrá a a la venta el 9 de septiembre.
La publicación de "El gran diseño" ocurrirá una semana antes de que el papa Benedicto XVI visite el Reino Unido.