Director de Intensa-mente: "Quería mostrar lo difícil que es crecer"
El ganador del Oscar por Up, vuelve a la carga con la película quizás más ambiciosa y conceptual de Pixar: Intensa-mente

Cualquier adulto con un corazón más o menos funcional, ya sabe que si se sienta a ver una película animada de Pixar, va terminar con lágrimas en los ojos. Mientras los niños ríen y gozan con los colores y personajes, los adultos se conectan con todas las otras capas emocionales que son el sello de fábrica de la revolucionaria productora: quizás fue cuando Woody, Buzz y el resto de la pandilla de Toy Story se abrazaban esperando la muerte en un incinerador, o cuando su amo Andy se los heredaba a otra pequeña y partía a la universidad; quizás fue en ese inicio magnífico de Up, cuando casi sin diálogo vimos la vida de una pareja pasar, no poder tener hijos y presenciar cómo la muerte separó a Carl y Ellie; o quizás lloraron cuando Eve le canta a Wall-E o cuando Boo se despide de Sully en Monster Inc o cuando la madre muere en Buscando a Nemo. La compañía, propiedad de Disney, no sólo ha llevado más allá la barra tecnológica de la animación por computador, desde que estrenó el primer largometraje de animación digital -Toy Story- hace dos décadas, sino que también le puso corazón y cerebro a las historias y jamás ha subestimado a la audiencia, haciendo películas “de niños”. Pixar hace películas, y punto.
“Walt Disney, o los Muppets, estos grandes creadores, tampoco pensaban que estaban haciendo películas para niños”, explica Pete Docter (46), el director de Monsters Inc., ganador del Oscar por Up, y ahora el cerebro tras el nuevo estreno Intensa-mente, quien se unió a Pixar en 1990 y ha sido parte del núcleo clave de la compañía. Docter se encuentra en el Four Seasons de Buenos Aires, en una de las primeras paradas de la gira mundial con que están promocionando, y explicando, la película. “Siempre nos estamos sorprendiendo de lo inteligente que son los niños. Y hay una preocupación en cada película: ¿es muy compleja o sofisticada? Pero se las muestras a niños, y nueve de cada diez veces, la entienden hasta más que los adultos. Es a los ejecutivos para quienes la debemos simplificar (se ríe)”.
Docter cuenta que el proceso de reacción de cada película incluye estar mostrando avances y el trabajo a todos los trabajadores de Pixar, y probarlas, por supuesto, con público infantil, propio y ajeno.
La preocupación de la complejidad se aplica quizás más que nunca en Intensa-mente: es la historia de Riley, una niña de 11 años, que mientras pasa de la niñez a la adolescencia, se cambia de ciudad, de Minnesota a San Francisco, con todas las dificultades emocionales que esto implica. Y de seguro, los adultos que la vean, sobre todos quienes son padres, van a llorar a mares.
Riley no es realmente la protagonista: la película sucede al interior de su mente, donde sus sentimientos son los verdaderos, y adorables, personajes: la líder es Alegría, está la depresiva Tristeza, el enojón Furia, la genial Desagrado, el alarmista Temor.
“Hablamos con muchos neurólogos, sicólogos y siquiatras, para aprender lo que pudiéramos de los hechos que establece la ciencia. Pero hay mucho que sigue desconocido, y dependiendo de con qué científico hablamos, recibíamos respuestas distintas. Algunos dicen que hay tres emociones básicas, alguien decía 27 emociones básicas”, cuenta Docter.
Alegría, Furia y toda la pandilla de la mente, trabajan en un cuartel central, creando memorias de corto plazo, almacenando las más importantes que se unen a la memoria a largo plazo, y que van formando los pilares de la personalidad. Hay trenes, un terrorífico lugar del subconsciente, amigos imaginarios y así. Docter ha creado un mapa del interior del cerebro humano -”una mezcla de It’s a small world (la atracción de Disneyworld) junto con una oficina de Apple”, describe- en versión Pixar. “Cuando presenté la idea, dije que podíamos hacer una película sobre una niña de 11 años, pero ella es realmente el escenario. Adentro de su cabeza están los personajes y emociones y podemos explorar este mundo que no hemos visto. Y Jon Lasseter dijo: OK”, recuerda Docter, sobre el proceso que partió hace cinco años.
El director cuenta que la idea nació cuando su propia hija, quien hoy tiene 16 años, pasaba de ser una niña extremadamente feliz, a una adolescente que parecía no saber sonreír. El quiso saber qué sucedía adentro de su cabeza. Por lo mismo, Intensa-mente es una película sobre el dolor que trae entender que la vida incluye momentos de tristeza extrema, y no sólo de felicidad.
¿Cuánto de la película es autobiográfico? Usted es de Minnesota, de donde es el personaje de Riley, y también se cambió de Estado cuando estaba creciendo.
Hay bastante, cosas específicas como las que mencionas, pero también hay mucho de las emociones de crecer. Ese es el gran tema de la película, sintonizar con esa tristeza de volverse adulto y la pérdida de la infancia. Quería mostrar lo difícil que es crecer. Fue mi experiencia con eso, y luego mi experiencia como padre y ver a mi hija crecer. El personaje de Alegría está tratando desesperadamente de aferrarse a esa dicha infantil, pero al darse cuenta de que no puede, tiene que aceptar la realidad de lo que la vida puede ofrecer. Tratamos de poner eso en todas nuestras películas, encontrar una verdad, incluso si es de autos, peces o lo que sea, que sea también una película sobre nosotros.
Por el concepto tan sofisticado de la película, hubo alguna vez en estos cinco años que pensó: ‘No vamos a poder lograr nunca esto’.
(Se ríe). Sí. Lo divertido es que muy al principio pensé que esto iba a ser genial. Sentía que era muy fácil, que podía controlarlo. Y al par de meses era como: ‘Ay, esto no era fácil para nada’.
Todas las películas de Pixar tratan a la tristeza como parte de la vida, pero acá es ese el centro de la historia. ¿Usted considera que no hay que proteger a los niños de eso, como suele suceder hoy con muchos padres?
Creo que muchos de nosotros, sin quererlo, tratamos de proteger a los niños de la vida. Literalmente decimos: no llores, no estés triste. Pero por qué decimos eso, si finalmente la pena es una parte importante de cómo nos contectamos con otros, de pedir ayuda. Hay una razón de por qué un niño está triste y eso no debería ser suprimido. Obviamente hay razones para que los niños aprendan a controlar sus emociones: no pueden tirarse al suelo porque no les diste un dulce. Así que finalmente es una sabiduría el aprender cuándo es apropiado, y cuándo es necesario.
Ya que Pixar pareciera ser un club de chicos, con todos los directores y ejecutivos más importantes siendo hombres, ¿cuán difícil fue introducirse en el cerebro de una niña de 11 años?
Estábamos muy conscientes de eso, y los productores reunieron a todas las mujeres de Pixar para discutir lo que era crecer y las dificultades que ellas se encontraron. Históricamente, no sé por qué razon, la animación ha sido un rubro dominado por hombres, pero creo que definitivamente eso está cambiando. Cuando yo comencé en los 90, eran tres mujeres en Pixar contra 30 hombres. Ahora eso es distinto, pero todavía falta mucho. Igualmente, estábamos concientes de que éramos un grupo de tipos blancos de mediana edad, y trabajamos con mujeres por ello.
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