"El martes pasado la Onemi dio dos pasos trascendentales en su modernización", describe el director de la entidad, Ricardo Toro (59), en la sede central del organismo encargado de prevenir emergencias y solucionar los problemas derivados de las catástrofes que afectan al país. Ese día, la Presidenta, Michelle Bachelet, firmó las indicaciones al proyecto de Ley que sustituye la Oficina Nacional de Emergencia por un Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias, lo que implicará la mayor renovación en la historia del organismo creado en 1974. En esa misma jornada, también se promulgó la Política Nacional en Gestión de Riesgo de Desastres, la cual establece una institucionalidad que antes no existía y en la cual Toro -ex general del Ejército- trabajó desde que asumió su cargo hace exactamente dos años, el 20 de diciembre de 2012.
¿En qué consiste la Política Nacional en Gestión de Riesgo de Desastres?
Onemi desarrolló lineamientos estratégicos para una nueva institucionalidad, que incluyen a una nueva estructura, con 15 direcciones regionales y sistema de comunicaciones redundante, entre otros puntos. Todo esto permitió que, en las últimas dos emergencias grandes, el terremoto en el norte y el incendio de Valparaíso, 10 días después, la Onemi fuese reconocida en su actuar. En espera a que se debatiera la ley y se enviaran las indicaciones, se siguió trabajado en esta política. La paradoja estaba en que, a pesar de que teníamos un buen sistema, no teníamos una institucionalidad: solo trabajábamos a través de un plan, que es un documento indicativo y que tiene mucho voluntarismo. Ahora tenemos una institucionalidad mucho más robusta.
¿Qué cambiará en la Onemi con las indicaciones anunciadas esta semana?
En lo medular, refuerza y mantiene la división política administrativa como la forma para enfrentar las emergencias: se mantiene el comité de protección civil, pero éste puede mejorar sustancialmente. En la prevención, y a nivel nacional, se crea un consejo de ministros y un comité consultivo científico técnico. El consejo da las tareas y se consulta al comité su implementación. En lo que se refiere a la respuesta ante una emergencia, se mantienen los comités de operaciones y se incorpora la figura del jefe de emergencia encargado de coordinar la situación ante una catástrofe.
¿Quién podría ejercer ese rol?
Cualquier empleado público. Lo ideal es que sea una de las personas que integran el comité de operaciones de emergencia. Un subsecretario o ministros. La idea es que el comité, cuando se reúna, saque las conclusiones y analice quien es el más idóneo. Si la emergencia incluye la caída de puentes, lo óptimo es que el jefe de emergencia sea alguien ligado al ministerio de OO.PP., por ejemplo.
¿Ese jefe de emergencia tendría la vocería?
Claro, pero no es paralelo a la autoridad. Dependerá de la autoridad que lo designa. Permitirá que un intendente enfrente la emergencia en una primera instancia, luego se designe a una persona y continúe gobernando su región. Es importante subrayarlo, muchos comparan esta figura con un delegado presidencial, pero no es así.
Con los cambios ya aplicados ¿cómo hubiera operado la Onemi en el caso del incendio de Valparaíso o en el terremoto del norte?
La secuencia es la misma, pero hubiera funcionado más fortalecida, hubiera llegado a nivel provincial, coordinaciones con más detalles. Todos los protocolos y acuerdos serían obligatorios. Respecto a la reconstrucción, ahora no tenemos una participación directa, pero con la ley tendremos la responsabilidad de que se cumplan ciertos requisitos y podríamos exigir que no se construya en zonas de riesgos. Podría cambiar nuestro accionar en ese sentido y la operación sería fortalecida.
¿Podrían dictar lineamentos para impedir construir en quebradas, como en el caso de Valparaíso?
Sí, tanto el servicio como todo el sistema, que también integra el MOP y Sernageomin, por ejemplo. Ahora podremos tener una palabra más legal.
Dejará de ser una oficina y pasará a ser un servicio. ¿Qué significa eso?
Estas indicaciones potencian la estructura de Onemi con las atribuciones de un servicio. Se incrementa la dotación y tendrá más atribuciones: ahora la Onemi asesora y coordina. Con los cambios que se quiere introducir, también planificará y fiscalizará. Entre ellos a los ministerios, para confirmar que tengan, en sus planes matrices, el concepto de desastre, para que todos los proyectos que se ejecuten incluyan la prevención. Además, se reforzarán las direcciones regionales, pero se crean las direcciones en provincia con cuatro funcionarios, alargando la presencia de la Onemi. Eso acerca a la oficina a la comunidad y a las municipalidades, que tienen su propia ley orgánica y de autonomía.
¿Entonces aumentará el personal y el presupuesto?
Actualmente la Onemi tiene 398 funcionarios. De ellos, 163 están en la sede central, en Santiago, y 225 desplegados a nivel regional. Con la ley, se aumentaría el nivel a 702 personas. Respecto al presupuesto, sí habría un aumento. Se estima que podrían comenzar los cambios a inicios de 2016 o cuando finalice el gobierno.
A pesar de los vaivenes, la Onemi es una marca registrada. ¿Es correcto cambiarle su nombre?
Efectivamente la Onemi es una marca registrada. Se va a estudiar si podemos mantener el nombre agregando el concepto de servicio en la sigla. Escuché que decían que este cambio era para sacarse el nombre, pero no tiene relación con eso. Ahora seremos servicio, no oficina, porqué recibiremos más atribuciones.