El director ejecutivo de Libertad y Desarrollo (LyD), Luis Larraín, justificó los niveles de concentración económica existentes en nuestro país en el marco del seminario "Concentración, competencia y crecimiento en la economía chilena", organizado por las fundaciones Chile 21 y Friedrich Ebert.

En la oportunidad, Larraín aseguró que es evidente que Chile es un país que ha alentado la competencia como pilar fundamental de la economía de mercado, a lo que se suma una política de comercio exterior que le convierte en uno de los países más abiertos del mundo, con una tarifa multilateral de 6%, que en términos promedio es inferior a 2% gracias a los numerosos tratados de libre comercio firmados con más de 50 países.

Igualmente, destacó que no existe ninguna restricción a la inversión extranjera directa, de modo que no habría impedimento para que empresas foráneas compitan en los mercados.

Sin embargo, puntualizó que es bien sabido que un país chico necesariamente tiende a mayores niveles de concentración por cuanto un mercado más pequeño no admite más que un número limitado de actores.

"Ello es perfectamente compatible con un sistema competitivo cuando la concentración deriva de mejoras de eficiencia; aunque, claro, hay también otras razones o comportamientos que conducen a una mayor concentración de la propiedad y cuyo efecto podría ser anticompetitivo, lo que obliga a fortalecer la institucionalidad que tiene a su cargo el resguardo de la libre competencia", señaló.