El recientemente fallecido escritor argentino Ricardo Piglia fue el primer invitado en 2007 junto al francés Michel Houellebecq. Ya en 2012, se abrió un espacio al cine con el argentino Gastón Duprat, co-director de El ciudadano ilustre. Ya en noviembre del año pasado llegó el turno del cineasta francés Arnaud Desplechin, habitual invitado de Cannes, y quien preparó el terreno para lo que trae este año el ciclo La Ciudad y las Palabras. Se trata de Philippe Garrel (1948), uno de los referentes del cine francés actual y doble ganador como director en Venecia en 1991 y 2005.
Parte de una gran familia de artistas (su padre era el gran actor Maurice Garrel y su hijo es el no menos importante Louis Garrel), el cineasta llega a Chile el 6 de abril, coincidiendo con el aniversario de la primera década del programa organizado por el Doctorado de la Facultad de Arquitectura y Estudios Urbanos de la Universidad Católica con apoyo de La Tercera. Garrel es un hijo intelectual de la Nueva Ola de los años 60 y siempre se ha perfilado como un inspirado retratista de las relaciones de pareja. Se presentará en un encuentro donde será entrevistado por el escritor, periodista y crítico literario argentino Alan Pauls (Buenos Aires, 1959), quien desde el año pasado se integró al programa.
Filma desde los 16 años y sólo dos de sus 26 películas se han estrenado en nuestro país hasta la fecha, una de ellas en el circuito comercial. La primera que se exhibió en Chile fue Los amantes habituales (2005), que tuvo su arribo en 2007 en el contexto del Festival de Cine Europeo, presentándose en Santiago y Temuco. La película cuenta la historia de un joven poeta llamado François (Louis Garrel), quien en el París de 1968 participa de las revueltas de la época. En medio de ellas divisa a Lilie (Clotilde Hesme), mujer a la que conocerá un año después y con la que tendrá una relación amorosa intensa y profunda. Juntos, revivirán la ilusión luego del fracaso revolucionario.
La segunda película, A la sombra de las mujeres (2015), llegó a Sanfic en agosto del año pasado y se exhibió en salas en septiembre. Narra la vida de una pareja, Pierre y Manon, dedicada a la realización de documentales de escaso presupuesto. Viven con los apuros y complicaciones económicas cotidianas, pero un día la monotonía llega a su fin: Pierre conoce a una joven, con la cual comienza una relación paralela. Agobiado por la indecisión, vive en constante conflicto, sobre todo desde que se entera de que su esposa también tiene otro interés afectivo. Ambas cintas son en blanco y negro, formato que aplicó también a El nacimiento del amor (1993), que también indaga en los mismos temas. Sobre estas tres películas, además, se hablará en Esperando a Philippe Garrel, el encuentro que el 20 de marzo sirve de prólogo a la visita del realizador (ver ficha).