Para que el Banco Central Europeo (BCE) haga bien su tarea de monitorear al sector financiero y de fijar la política monetaria, no sólo se necesitan los datos agregados como la inflación y el PIB de los 19 miembros de la zona euro, sino que también se requiere información más detallada, tanto de las economías como de los actores del rubro. Así lo estima Aurel Schubert, director general de estadísticas del organismo emisor del bloque, quien cree que las cifras granulares son esenciales, "ya que los promedios que teníamos antes no cuentan toda la historia".
El experto, que estuvo en Santiago la semana pasada para participar en el seminario "Midiendo la economía en un mundo globalizado" organizado por el Banco Central de Chile, cuenta que la crisis soberana de deuda reveló que la comunidad no era tan homogénea como se pensaba y eso ha llevado a un cambio en las cifras que se recopilan.
"Antes, confiábamos sólo en agregados nacionales, ahora necesitamos información más detallada, información granular", relata. La autoridad detalla que recientemente empezaron a recabar datos de los títulos que poseen los 26 mayores bancos del Viejo Continente y que ya lanzaron un proyecto para identificar los préstamos individuales. "No sólo tenemos los agregados de los préstamos alemanes, sino que esperamos el próximo año obtener cada préstamo que se le da a una compañía alemana", ejemplifica.
Schubert precisa que la heterogeneidad no sólo se da entre los países miembros, sino también dentro de cada uno de los territorios. "Si tomas al sector bancario, en algunos países tienes bancos de clase mundial, pero también bancos muy malos. Ellos se comportan de distinta manera y eso es relevante para el diseño de políticas, porque si haces política monetaria, esperas que los bancos se comporten de una manera específica", expresa.
"Si el banco es saludable, se comportará como esperas, pero si no es saludable podría tener un comportamiento completamente distinto", complementa, antes de agregar que "necesitas esta información mucho más granular".
El economista austríaco precisa que para aplicar estas mediciones es indispensable adoptar nuevos sistemas, nuevos software y nuevas habilidades. En esa línea, plantea que "no sólo necesitamos estadísticos macroeconómicos, también necesitamos gente que pueda trabajar con 100 millones de puntos de datos y pueda desarrollar algoritmos para hacer los controles de calidad".
A juicio del jefe de estadísticas del BCE, "es difícil encontrar esos científicos de datos, porque ahí tenemos que competir con los Google y los Amazon, que obviamente pagan más dinero".