En una carta enviada ayer al Presidente de Bolivia, Evo Morales, Human Rights Watch (HRW) denunció que en ese país se han aprobado en el último tiempo varias leyes que restringen los derechos humanos y que violan las disposiciones constitucionales que favorecen la preeminencia de los tratados internacionales suscritos por Bolivia.

El director ejecutivo de la División Américas de HRW, José Miguel Vivanco, quien es el firmante de la misiva, sostiene en esta entrevista con La Tercera que Evo Morales goza de todo el poder necesario para revertir la situación. En vista de que el gobierno boliviano intenta acercar a su causa a diversos organismos internacionales en relación con la demanda marítima interpuesta contra Chile, el requerimiento de HRW no llega en el momento más oportuno para sus intereses.

¿Por qué HRW envía esta carta ahora, cuando la mayoría de las disposiciones cuya aprobación reprocha están en vigencia desde hace algunos años? 

Esta carta es el resultado de una visita de HRW a Bolivia este año. El propósito ha sido destacar algunos temas relevantes que hemos venido examinando desde hace algún tiempo. Por ejemplo, estas leyes atentan contra una sociedad civil fuerte e independiente, imponen obstáculos para que la prensa pueda actuar libremente sin temor a sufrir represalias, y dificultan que los militares que cometen violaciones de derechos humanos rindan cuentas por sus actos. Al colocar estos temas sobre la mesa esperamos contribuir a que la situación mejore.

La Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia es el cuerpo que ha sancionado las leyes que limitan los derechos humanos que HRW denuncia ¿Cuál es el poder real que tiene Evo Morales para instar a dicho organismo a aprobar esas reformas?

Tiene todo el poder para hacerlo. Constitucionalmente, Morales tiene la facultad de promover iniciativas legislativas. Y en los hechos, su partido tiene mayoría en la Asamblea, con lo cual si no se hace, no es porque no tenga poder para hacerlo, sino por falta de voluntad política. De hecho, en la carta destacamos que un aspecto central de una de las leyes fue modificado este mes por la Asamblea, con apoyo del vicepresidente. Si lo hicieron en ese caso, pueden hacerlo en todos los demás.

 ¿Percibe que detrás de algunas de las leyes que HRW critica pueda existir un ánimo antidemocrático en las esferas del gobierno boliviano, o tal vez un modo de fortalecer el ejercicio del poder presidencial?

Prefiero no especular sobre las intenciones políticas de Morales. Lo que sí puedo decir es que algunas de estas leyes le otorgan amplios poderes y discrecionalidad al Poder Ejecutivo para controlar el trabajo de la sociedad civil y de los medios de comunicación, que son dos pilares centrales de una democracia. Sin duda, en los hechos, eso concentra el ejercicio del poder en el gobierno que encabeza Morales y abre la puerta a arbitrariedades.

¿Cuál es la relación de HRW con el gobierno boliviano? 

El tipo de relación de HRW con el gobierno debería ser una cuestión absolutamente irrelevante. Esta carta no le pide un favor al gobierno de Morales, sino que explica, detalladamente, por qué estas normas internas violan flagrantemente las obligaciones jurídicas internacionales de Bolivia. Si Bolivia decide cumplirlas o no, no debería depender de quién se lo pida, sino de si tiene o no una voluntad genuina de respetar los DD.HH.