La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, insistió en que el tiempo es "esencial" a la hora de que España y otros países de la eurozona con problemas de deuda afronten su consolidación fiscal.
En una rueda de prensa con motivo de la asamblea anual con el Banco Mundial (BM) en Tokio, Lagarde indicó que "dadas las circunstancias y el hecho de que muchos países afrontan simultáneamente el mismo tipo de políticas para reducir sus déficits", el FMI aboga por dar el tiempo necesario.
"Es lo que abogamos para Portugal, para España, y lo que estamos abogando para Grecia", dijo la titular del FMI, que insistió en que éste último país requerirá dos años adicionales para asimilar su programa de consolidación fiscal.
Así, considero que no es sensato establecer metas "nominales", sino aplicar las medidas y permitir que los mecanismos estabilizadores lleven a cabo su función.
En este sentido, aplaudió los mecanismos de estabilidad "discutidos y aplicados" en los últimos meses y la reciente entrada en vigor del Tratado del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).
Sin embargo, en términos de velocidad admitió que las ratificaciones parlamentarias necesarias para que se apliquen de forma efectiva muchas medidas en la zona euro ralentizan los procesos.
"Se trata por una parte de eficacia financiera, y por otra de democracia", apuntó.
Lagarde también reiteró que el papel del FMI es el de prestar asesoría y recordó que este mes el organismo tiene previsto enviar a España la primera misión para la supervisión del programa de reestructuración del sector financiero.
Aunque insistió en que el rol del Fondo es simplemente de asesor y es "flexible", recalcó que su objetivo es supervisar algo con lo que se sienta "cómodo" y que tenga sentido desde el punto de vista económico, lo que significa que de algún modo también quiere "participar en el diseño", dijo.
"Típicamente es más fácil para nosotros operar en nuestro propio marco, que es lo que en cualquier caso tenemos que hacer", concluyó.