Un nuevo giro preparan en la Fundación Imagen de Chile, el organismo encargado de promocionar a nuestro país en el extranjero y convencer al resto del mundo de que somos un territorio serio y confiable para conocer, invertir, estudiar y disfrutar de sus productos locales.

Si el vino es por antonomasia la primera asociación que en el exterior se genera al hablar de Chile, ahora la entidad trabaja a toda máquina para que el país sea también reconocido como líder en innovación y en la generación de servicios y soluciones de todo tipo en el mundo. Si se puede exportar vino, aclaran, también se puede exportar inteligencia y creatividad al asociarla a la marca país, ya que Chile es un campo lleno de oportunidades de crecimiento y "una tremenda apuesta", asegura la directora de la fundación, Myriam Gómez, desde su oficina del barrio Bellas Artes, en pleno centro de Santiago.

¿Qué significa ser un país proveedor de servicios?

Así como hemos sido un actor relevante en el turismo, los productos del mar o el vino, ahora estamos construyendo este posicionamiento relacionado con el aporte de conocimientos y soluciones tecnológicas a problemas globales. Esto incluye las tecnologías de la información, softwares, servicios de ingeniería, biotecnología, videojuegos, arquitectura, además de las locaciones para cine y el área audiovisual, todo en sintonía con los atributos de la marca Chile y para lo cual estamos preparando una campaña especial. (El cortometraje chileno ganador del Premio Oscar) "Historia de un oso" es un gran ejemplo de ello.

¿Para qué les sirve la marca Chile a los chilenos?

Es un instrumento para posicionar los atributos diferenciadores del país a nivel internacional, para que nos prefieran frente a nuestros vecinos, lo que se traduce en más exportaciones, más inversión, más turismo, y que más gente venga a estudiar acá. Por ejemplo, si alguien tiene que elegir entre un (vino) malbec argentino y un cabernet chileno, nos elija. El fin último es contribuir a que los chilenos tengan mejores oportunidades de desarrollo, haciendo a este país más conocido y más preferido. Por eso la imagen de Chile es un bien público y una política de Estado.

¿A quién le pertenece el logo de Chile con las estrellas y cómo se financia la fundación?

El logo está inscrito y le pertenece al Estado, y se actualizó para que reflejara no solo aspectos transaccionales o económicos, sino también asociarlo a la innovación y la cultura. Trabajamos con esta imagen como fundación, para lo cual tenemos un presupuesto de $ 3.500 millones que nos entrega el Ministerio de Relaciones Exteriores, pero también postulamos a proyectos en Corfo o los Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) para cofinanciar las acciones de promoción.

¿En qué medida Perú nos aventaja con su marca país?

Cada país ha desarrollado una estrategia de marca distinta, y ahí lo que más ha primado es el trabajo colaborativo. De hecho, nos reunimos dos veces al año en un foro de marcas país para compartir las experiencias que cada país desarrolla en términos de su posicionamiento. Nuestra meta ahora es avanzar desde aquellas áreas tradicionales a aquellas áreas más sofisticadas.

Sin embargo, a Perú le ha ido bastante bien con su marca...

Si bien es cierto que la estrategia de marketing que ha usado Perú es bien exitosa, si uno mira los datos duros, que es lo que respalda el posicionamiento del país, Chile está mejor ubicado. Por ejemplo, desde el Nation Brand Index, que mide la percepción y la imagen de un país a nivel internacional, hemos avanzando del lugar 38 al 34 el 2016. Eso por una parte. Además, Chile es el que más ha mejorado su competitividad versus sus vecinos, y está en los primeros puestos de no pocos índices de capital humano, además de ser el mejor destino mundial de turismo aventura. Y ahora está postulando de nuevo.

¿Qué espera del nuevo gobierno que llegará en 2018?

Mi principal anhelo es que sigamos trabajando en los tres ejes fundamentales que tiene que tener una marca país: tiene que ser una política de Estado, transversal e inclusiva, y que debe incluir sí o sí un compromiso ciudadano.

¿De qué forma ayuda un compromiso a nivel individual?

La caridad empieza por casa. Es difícil que otros nos aprecien y nos prefieran si nosotros mismos no somos embajadores positivos de los atributos que tiene este país. En ese sentido, la marca país es un activo para que los otros nos puedan y una carta de presentación que facilita la internacionalización de las pymes que ayuda a valorizar lo propio. Ya hay 150 empresas que están usando la marca Chile porque le agrega valor.

¿En qué medida los continuos desastres han afectado la imagen de Chile en el exterior?

La singularidad territorial es un tremendo atributo positivo que tenemos , y el hecho de cómo Chile ha sabido reaccionar frente a los desastres es algo que viene a fortalecer su posicionamiento. Chile es visto como un país capaz de sobreponerse y reaccionar positivamente ante las catástrofes sin que afecte en gran medida el desarrollo económico del país.

¿Qué tan conocido es hoy Chile en el concierto internacional?

Depende del lugar, pero en todos hay un común denominador: hay espacio para mejorar en las audiencias masivas, donde nos conocen mayoritariamente por el vino. No así en las audiencias de nicho, donde saben con certeza y conocimiento que este es un país serio y confiable, y que tiene un capital humano que es capaz de innovar, trascender y aportar al desarrollo desde su internacionalización.

¿Cuál sería su peso específico?

Si bien somos un país pequeño, de 18 millones, ubicado al fin del mundo, Chile tiene un poder de influencia más allá de su peso especifico, en términos de población o respaldo económico, y siempre va ser llamado a la mesa para ser un influenciador en la región.