Armando Cordero, el empresario que desde su posición como presidente de Barnechea mantiene en vilo a todo el fútbol chileno, recibe una descripción extraña. "Es astuto, un personaje extraño. Nadie habla mal de él, ni tampoco nadie habla bien. Eso sí, tiene una habilidad particular: siempre elude los castigos que deben aplicársele a su club por distintos incumplimientos. Que haya recurrido al Tribunal de la Libre Competencia es una muestra más de esa característica", sostiene un directivo de un club de la Segunda División Profesional, la categoría que los huaicocheros luchan por dejar. Y en la misma línea de sus actuaciones anteriores, sin pagar la millonaria cuota de incorporación que fijó la ANFP para entrar a Primera B: 50 mil UF.
Su cambio de postura es radical con respecto a esta medida: en junio de 2016 había oficiado al directorio de la ANFP para exigir que a Deportes Valdivia se le aplicara íntegramente el cobro al que ahora Barnechea no pudo responder. Una clara voltereta.
En Quilín sostienen que la deuda del club sólo con la corporación alcanza los $ 300 millones de pesos y que han sido informados de incumplimientos salariales del club. Las apreturas económicas llevaron a Cordero a acercarse a agentes como Fernando Felicevich para allegar recursos.
El empresario es un futbolero empedernido. Esa vocación lo llevó, además de cursar estudios de Ingeniería Comercial, a titularse como técnico en la primera promoción del Instituto Nacional del Fútbol (INAF). Y también le sirvió para originar uno de sus emprendimientos: la revista Entreligas, orientada a los torneos aficionados en los segmentos socioeconómicos altos de la capital. Fue el paso previo para incorporarse a Barnechea, en 2008. Comenzó poniendo en práctica sus conocimientos: además de presidente, fue DT y logró llevar a su escuadra a Tercera División.
Luego advirtió que debía profesionalizar la gestión. Por esa razón, confió en Mario Salas para liderar el proyecto deportivo desde 2011. Con Hugo Vilches, sucesor del Comandante en la banca, llegó, en 2013, a Primera División. El descenso fue inmediato y correlativo hasta la Segunda División, la tercera categoría del fútbol rentado.
"Es un dirigente atípico. Va dos veces por semana a hablar con el plantel. Es cercano. Cumple y si se atrasa, pide ayuda. Todas las semanas se junta con el técnico", revela Jorge Manduca, arquero y símbolo del club. Otra particularidad: acompaña al plantel en todos los viajes.
Cordero postuló al directorio de la ANFP en la lista de Pablo Milad en diciembre de 2016. Cayó ante la que lideraba Salah.