Nadie comienza siendo un gigante de niño a menos que se llame Mozart. Les pasó, por ejemplo, a Beethoven y Wagner, dos de los más grandes compositores que ha dado el romanticismo alemán. Ejemplos de artistas adelantados a su época, ambos empezaron componiendo en su juventud y en sus primeras obras ya dejaban la genialidad que vendría. Sus sinfonías iniciales son dos casos ejemplares y por tal razón son un programa coherente para un teatro que ahora comienza a andar. Es el perteneciente al Centro de las Artes 660. O, simplemente, CA 660.
Este es el nombre de la sala multipropósito que la Fundación CorpArtes echará a andar desde la próxima semana en marcha blanca, albergando dos conciertos de la Orquesta Sinfónica de Chile dirigida por el maestro austríaco Roberto Paternostro. Durante los días 20 y 21 de junio , se interpretarán la Primera sinfonía de Beethoven, Last Round del argentino Osvaldo Golijov (1960), la obertura Tannhäuser y la Sinfonía en do mayor, ambas de Wagner. "Es una muy buena combinación: interpretar las obras juveniles de estos dos grandes compositores. Ahora bien, en la Primera de Beethoven ya vemos a un compositor definido. En cambio, la obra de Wagner tiene muchas influencias de Mendelssohn, por ejemplo. Si la miras de cerca, eso sí, ya verás algo del futuro Wagner", dice Paternostro, que nació en 1957 de padre italiano y fue ayudante de Herbert von Karajan en su juventud.
"Para mí, Wagner es uno de mis ídolos. Es de lo más grande que ha dado la música. Sin él no se entiende la música del siglo XX ni la llegada de compositores como Gustav Mahler o Arnold Schoenberg. Abrió otras puertas a la tonalidad. Fue su ópera Tristán e Isolda (1859) la que marcó el cambio", comenta el conductor, que hoy además dirige el Segundo concierto para violín de Henryk Wieniawski y la Sexta sinfonía de Bruckner en el Teatro de la Universidad de Chile.
Los años con Karajan
Responsable de una alabada producción de la tetralogía de El anillo de los nibelungos de Wagner en el Teatro Colón de Buenos Aires en el 2012 (disponible en DVD), Paternostro se educó en la tradición de los grandes maestros alemanes y austríacos. En tal sentido la figura de Herbert von Karajan fue fundamental en su formación, siendo su asistente entre 1978 y 1984.
"La gente podrá decir que Karajan pertenece a otra época, pero es una figura que aún sigue siendo grande e influyente . El dirigía de todo, desde Bach a Stravinsky, siempre a su manera, con el mismo vibrato, en estilo romántico y con muchos instrumentos de cuerdas, algo que hoy es impensable. Sin embargo, eso era Karajan, su estilo, inconfundible. Lo hacía todo de memoria, sin partitura, viajando entre una ciudad y otra, grabando en estudios, inaugurando temporadas de ópera a un ritmo frenético, sin parar. Al final de su vida apenas se podía mover y se demoraba 10 minutos en llegar al podio, pero siempre tuvo una disciplina sobrenatural", dice el conductor austríaco.
Otra de las obras que Paternostro dirigirá la próxima semana en la sala del CA 660 será Last Round, del compositor argentino Osvaldo Golijov, uno de los más destacados de su país y autor de las bandas sonoras de las tres últimas películas de Francis Ford Coppola. La pieza es de 1996 y Golijov la compuso como tributo a Astor Piazzolla, uno de sus maestros. Todo es un continuo contrapunto entre las secciones de cuerdas de la orquesta, que hacen las veces de un bandoneón ampliado. "Conozco el tango desde hace mucho. He estado muchas veces en el Colón de Buenos Aires y me gusta la ciudad. Creo que si lo miras con perspectiva, el tango no es tan diferente del vals vienés. Es una música urbana y con una raíz popular que acompaña a la sociedad a fines y principios del siglo XX", dice el director, que reconoce debutar con Golijov en Chile.
La Temporada de Conciertos CorpArtes funciona también como un fondo para adquirir instrumentos para la Orquesta Sinfónica de Chile, que desde septiembre a diciembre concluirá su temporada en el teatro del Centro Cultural CA660 con cuatro conciertos dirigidos por el conductor titular Leonid Grin. Durante las próximas tres semanas, en tanto, se realizarán además presentaciones el 27 y 28 de junio, con la obertura La flauta mágica de Mozart y la Sinfonía en tres movimientos de Stravinsky, y el 4 y 5 de julio, con la Gran misa en do menor de Mozart.