De acuerdo con la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset), en el 2014 se registraron más de 78 mil accidentes de tránsito, casi 58 mil lesionados y más de mil personas fallecidas.

Estas cifras, según Marcos Barros, director educacional de la red de colegios Cognita, que agrupa a las escuelas Pumahue y Manquecura, demuestran lo necesario de tener clases de educación vial.

En el caso de la red Cognita, desde el 2014 que se está aplicando el programa de Educación Vial, que abarca desde prekínder hasta cuarto medio, y que se enseña de forma teórica y práctica gracias a un parque vial ubicado en el colegio Pumahue de Chicureo y de Temuco.

Barros explicó que el objetivo de estas clases es "entregarles a los estudiantes habilidades para la vida. Pero también esta es nuestra manera de afrontar el tema de seguridad vial en nuestro país".

Carla Cerda, coordinadora del programa, remarca que la idea del parque vial es que los alumnos "lleven a la práctica todos los contenidos respecto de las señales de tránsito.

El programa se divide en varias etapas. La primera, desde el jardín hasta kínder, se enfoca en enseñarles a los niños cosas básicas, como las sillas en las que deben ir al interior de los autos.

Luego, de primero a séptimo básico, los alumnos comienzan a utilizar el parque vial con bicicletas o patines: "Ahí usan cascos, aprenden sobre las vulnerabilidades de ellos y de los peatones y las señales de tránsito, etc.", explica Víctor Barahona, gerente de la red.

Después, desde octavo en adelante, en "la etapa de la preadolescencia", señala Barahona, "se les enseña cómo deben movilizarse y a reconocer los riesgos". En ese sentido, el gerente de la red Cognita explica que, en este rango de edad, los jóvenes ya comienzan a salir e ir a fiestas, por lo que "deben tener la conciencia de cuidarse, no subirse a autos donde el conductor ha bebido alcohol o consumido drogas", dijo Barahona

Finalmente, en cuarto medio, cuando los alumnos ya han interiorizado la señalética, los cuidados y precauciones que deben tener, "comienzan a trabajar para obtener la licencia. Lo que buscamos con esto es formar conductores y peatones responsables. Este es un trabajo preventivo que va en esa línea", agrega Cerda.

Los apoderados del colegio, según Barros, aprecian el programa y lo reconocen.

Lorena Higueras es apoderada de cuatro alumnos del colegio Pumahue de Chicureo, de tercero medio, primero medio, octavo y sexto básico. Todos reciben clases del programa vial. Para ella, el plan es importante, innovador y le gustaría que todos los alumnos tuvieran esta oportunidad.

"Esto les enseña a mis hijos cosas in situ. Como mamá, lo veo productivo, porque les permite a los niños ser autónomos y a enfrentarse a la ciudad de mejor forma". De acuerdo con Higueras, sus hijos han disfrutado del programa, ya que "están aprendiendo a través de un juego. Se hacen individuos más conscientes".

La apoderada agrega que sería importante que todos los colegios enseñen educación vial "para que las nuevas generaciones conozcan desde niños cómo funcionan las ciudades".