Liam Gallagher lo ha planteado: para qué remasterizar lo que fue masterizado. No es tan simple como lo sugiere el cantante con fama de hooligan, pero desliza la interrogante sobre qué aporta este producto puesto en boga desde los 90 bajo la promesa de un mejor sonido mediante una actualización y así, eventualmente, redescubrir clásicos publicados hace décadas. Sucedió con las discografías de The Beatles y Led Zeppelin. Ahora ¿tiene sentido en un álbum de los 90? Expertos del buen sonido dan sus opiniones.
Gonzalo "Chalo" González, ingeniero y productor musical: "Para oídos expertos"
"Remasterización generalmente se refiere a una actualización o corrección más bien de carácter temporal; la tecnología avanza, los medios de difusión van cambiando, hoy en día es mucho más digital, etcétera. Entonces se hacen pequeñas correcciones que no necesariamente son perceptibles para el público, pero se actualizan por razones técnicas. Un buen mastering de un disco clásico como OK Computer o Pink Floyd, es un mastering que respeta la integridad sonora de la mezcla original. Por lo tanto, si no adviertes algún tipo de cambio, es un mastering que se apega a la idea original sonora. Es muy probable que oídos expertos lo noten. Con MP3, bluetooth, es muy difícil darse cuenta. Este es un tema muy de melómanos y fanáticos, de sutilezas, una ventana para coleccionistas.
Remastericé un disco que hice hace muchos años (Corre el río de Tsunamis), y encuentro que sí cambió. El avance de equipamiento, mi avance personal, ha cambiado en el tiempo. Pero no quiere decir que el master estuviera malo, sino que son pequeñas diferencias para oídos expertos".
Carlos Cabezas, músico y productor musical: "Es para una elite"
"Las remasterizaciones, cuando van asociadas a un proceso de restauración de material antiguo, tienen sentido. Ahora, todo lo que se ha masterizado en los últimos 15 años va con un nivel de calidad, definición, de paila, más o menos similar. Se han desarrollado mejores softwares y máquinas que pueden dejar con mejor resolución las cosas, pero la diferencia es súper mínima. Probablemente en este último lanzamiento de Radiohead no haya una gran diferencia. Lo que a uno le queda, la sensación que uno tiene al escuchar música, viene de otra cosa, la calidad musical, la producción. Los temas antiguos nadie se preguntaba con qué micrófono, qué guitarra se grabaron, en qué estudio. La música es lo que hace sentir la experiencia, no los detalles tan técnicos.
Puede tener sentido para orejas más melómanas, tipos que están dentro del ámbito de la industria y la ingeniería musical, pero para el resto del público no son muy relevantes, sino maneras de revestir material. Creo que tiene harto que ver con estrategias comerciales. Me da la impresión que el 70% de la gente escucha con audífonos. No tienes manera de apreciar esas diferencias que son sutiles. Es para una elite".
Pablo Giadach, productor musical e ingeniero de grabación: "Un último estertor de los sellos"
"La remasterización tiene que ver con la tecnología del minuto. Si agarro un disco mono de Los Beatles y lo remasterizo ahora, obviamente va a sonar mucho mejor que un vinilo de hace 50 años. Pero creo que un disco como OK Computer, que es de mediados de los 90, no vale la pena porque ya en esa época se contaba con buena tecnología, mejor que la de ahora incluso en la media de los estudios. No veo que ahora tengamos más tecnología salvo la idea de reventar un poco el master para dejarlo ultra fuerte para Spotify, cosa que no me parece apropiada. ¿Remasterizados que valgan la pena? Los de Jimi Hendrix. En general los discos que se hicieron en los 60 y se agarró el master original y se volvió a dejar a un nivel estándar de hoy, sí. Pero agarrar un disco de los 90 que ya contaba con un buen sonido, es agregarle challa con lados B, remezclas, ese tipo de cosas que se justifican para el fan. Es un último estertor de los sellos de la vieja escuela que ya no venden con bandas nuevas. Pero escuchar una remasterización en Spotify en el parlante del notebook no tiene ninguna relevancia".
Hernán Rojas, ingeniero de grabación y productor musical: "Lo original es lo que me gusta"
"Estamos acostumbrados a escuchar todo en audífonos, parlantes mediocres y sistemas mediocres o comprimidos. La única forma de escuchar la diferencia es desde buenos parlantes en (formato) wav, no un MP3, ni codificado como iTunes. Ahora, las diferencias se notan al igual que en una foto con más o menos pixeles. ¿Remasterizaciones recomendables? A mí me gustan los discos originales de la manera en que autores, productores e ingenieros lo intencionaron en su momento. Escuchar un vinilo original con la mezcla original es lo ideal. En la entrevista reciente de Geoff Emerick hablando del trabajo de Giles Martin para Sgt. Pepper's, que no le gustó, no se refiere a cosas tan técnicas, más bien de que la intención del artista en su momento y de la gente que estaba haciendo la mezcla es la que vale, y lo que venga después no va a ser el original. En mi caso privilegio escuchar un vinilo en un buen sistema.
Nano Stern, músico: "Los discos se abandonan"
"En general hay un tema comercial. Vivimos en una sociedad en que la obsolescencia programada es algo fundamental para que se vendan los productos. Los discos no funcionan así, sino más bien al revés, se van poniendo más sabrosos a medida que pasa el tiempo, porque denotan la estética de una época. Se mata un poquito la gracia original de un disco cuando se remasteriza, sobre todo cuando no hay cambio de análogo a digital. Porque creo que ahí sí hubo un cambio fundamental en la manera en que se reproducía la música. Bob Marley, Led Zeppelin, material que escucho a fondo en vinilos y cedés, ahí te creo que se justifica, porque estás pasando por un proceso de reducción que es muy distinto. Pero con lanzamientos recientes es más bien mantén tu necesidad de tener "la-última versión-de". Una máxima que corre en el mundo de los productores, de la masterización, de la mezcla, es que los discos no se terminan nunca, sino simplemente se abandonan. Y me parece que es un poquito, no quiero decir anti ético, pero va en contra de la esencia que es hacer un disco, volver a él y decir 'podríamos haberlo hecho mejor'.