La presidente o la presidenta... ¿cuál es la forma correcta? El lector Rodrigo Quiroz, que se define como "un simple ciudadano, con la educación de un chileno promedio", vuelve sobre este tema, ya recurrente, y demanda que se respeten las normas gramaticales. Señala que "en nuestra lengua existen los participios activos como derivados de tiempos verbales". Indica que "el participio activo del verbo atacar es atacante, de cantar es cantante, de existir es existente". Y, agrega que "el participio activo del verbo ser es 'ente', es decir el que tiene identidad (el que es), por eso cuando queremos nombrar a la persona que ejerce la acción que expresa el verbo, se le añade la terminación 'ente': como presidente o dirigente. Nunca 'presidenta' o 'dirigenta'. ¿Hasta cuándo seguiremos insistiendo en el error?".

No se trata de un error. La voz "presidenta" -en femenino- es forma correcta. Circulan por internet varios sitios que aducen una serie de razones pseudogramaticales para censurar el uso del femenino, que probablemente ha revisado el lector Quiroz.

Ocurre que el participio activo del verbo ser no es "ente". El único participio que actualmente tienen -de forma general- los verbos españoles, es el pasado: por ejemplo, "sido" para el verbo ser, o "comido" para comer. Solo algunos tienen entre sus derivados los llamados participios activos, que hoy se consideran sustantivos (como presidente o dirigente) o adjetivos (como atacante o cantante).

Es cierto que nuestra lengua conserva la terminación "nte" y es fácil incurrir en el error de creer que se emplea solo para referirse a la persona que realiza la acción del verbo, como presidente, al que preside; cantante, al que canta; o atacante al que ataca. Sin embargo esto no es una verdad absoluta: Los que luchan, los que inventan, los que trabajan no son luchantes, inventantes, o trabajantes, sino luchadores y luchadoras, inventores e inventoras, trabajadores y trabajadoras.

Antiguamente, la palabra "presidenta" se usaba con mayor frecuencia de manera corriente con el significado de "la mujer del presidente". Fue incorporada al diccionario académico en 1803 y hoy está registrada con las siguientes acepciones: "mujer que preside, presidenta, jefa de Estado, cabeza de un gobierno, consejo, tribunal, junta, sociedad", etcétera. Y, claro, de manera coloquial, "la mujer del presidente". Existe un extenso razonamiento lingüístico -difícil de exponer en pocas líneas- que se puede encontrar en el sitio www.fundeu.es/escribireninternet/presidenta/ de internet.

La propia fundación del Español Urgente, cuya finalidad es velar por el buen uso del idioma español en los medios de comunicación, y que para ello cuenta con el concurso de la Real Academia Española, RAE, indica que para que una lengua tenga voces como "presidenta", solo hacen falta dos cosas: que haya mujeres que presidan y que haya hablantes que quieran explícitamente expresar que las mujeres presiden. Si esas dos circunstancias se dan, ninguna supuesta terminación, por muy histórica que sea su huella, frenará el uso de la forma femenina.

Y, para la reflexión: algunos académicos preguntan ¿por qué no se han levantado voces contra el uso del femenino "sirvienta"?