La Copa Confederaciones comenzó hoy con un mediocre empate sin goles entre Sudáfrica e Irak, en el que el espectáculo se centró en las galerías del Ellis Park Stadium, donde llegaron cerca de 50.000 espectadores.

Mientras los "Bafana Bafana" proponían, aunque con una discreta capacidad técnica, el conjunto asiático sólo llegó a defenderse y a rescatar un angustioso empate.

Cabe destacar que en las banca medían fuerzas dos trotamundos como el brasileño Joel Santana y el serbio Bora Milutinovic, al mando de Sudáfrica e Irak, respectivamente.

En el estadio que acogerá la final del torneo, con el césped en precario estado, los nervios del debut provocaron un arranque tímido de los locales. La defensiva Irak sacó a relucir las carencias de los sudafricanos, que atacaron sin control ni precisión.

La dureza en el juego, con una patada merecedora de tarjeta roja, perdonada por el uruguayo Jorge Larrionda a los dos minutos de juego, y el abucheo de su propia afición hacia Booth, el único jugador blanco sudafricano del equipo titular, marcaron una primera mitad para el olvido en la que la mejor acción la tuvo Sibaya, generando la atajada del partido del meta Mohammed Kassid.

Pero en la segunda mitad llegó la peor decepción para la fanaticada local, ya que el gol no llegó por pura mala suerte. Un cabezazo de Dikgacoi superó al portero, pero lo sacó sin querer sobre la línea Parker cuando entraba al arco.

La afición se llevaba las manos a la cabeza tras ver como su delantero, que había fallado un mano a mano poco antes, evitaba el gol que habría significado un justo triunfo local, que finalmente no llegó sellando el empate sin goles.