A Chile no le va bien en el Monumental. Sin ir más lejos, lo refleja el categórico 0-3 que sufrió la Selección frente a Paraguay, un resultado que aleja las opciones de ir, al menos directamente, al Mundial de Rusia. El mismo que alimentó el deseo del entrenador de salir del recinto de Macul para el partido frente a Ecuador. Un intento ya fallido de acuerdo al inicio del proceso de venta de entradas para el decisivo encuentro.

Considerando los resultados que se produjeron estrictamente en la cancha, es decir con el empate sin goles en el duelo ante Bolivia del año pasado, que finalmente terminó en triunfo para la Roja en el TAS, el bicampeón de América registra un discreto 61 por ciento de rendimiento en el estadio de Colo Colo (70 por ciento con el triunfo administrativo ante los altiplánicos), en el que ha disputado 11 encuentros (tres de ellos amistosos), un registro que abrió el expresivo 6-0 sobre Venezuela, el 29 de abril de 1997, con cinco goles de Iván Zamorano. De ellos, ha ganado seis, empatado dos y perdido tres. En esos duelos, marcó 24 goles y recibió 13.

El recuento también conoce de sonados sinsabores, como la caída ante Colombia, el 11 de septiembre de 2012. En esa jornada, más triste aún por el deceso de Sergio Livingstone, los cafeteros ese impusieron por 1-3, con anotaciones de Matías Fernández para Chile y de James Rodríguez, Radamel Falcao y Teófilo Gutiérrez para el equipo de Néstor Pekerman.

La inquietud del técnico, en todo caso, también debería estar más relacionada con el inestable rendimiento que ha alcanzado la Selección en la última parte de la campaña para ir a la cita planetaria del próximo año.  En los últimos cuatro partidos, Chile sólo ha podido sumar un triunfo. Curiosamente fue en el Monumental, el recinto del que Pizzi reniega, frente a Venezuela, el 28 de marzo de este año. Alexis Sánchez, quien en ese duelo llegó a transformarse en el goleador histórico de la Selección, abrió la ruta. Esteban Paredes, en dos oportunidades, selló la victoria, que pudo ser más amplia, sobre todo por el gran rendimiento que mostró Chile en la primera etapa. El mismo que decayó inexplicablemente en el complemento. Y más adelante, también.