Para la próxima temporada Otoño-Invierno, la moda mexicana estará dominada por contrastes de texturas y volúmenes y la sobriedad del negro y gris, según las tendencias presentadas en la segunda edición del DFashion Otoño-Invierno 2010.
Los diseñadores debutantes Río Rentería y Cynthia de Jesús presentaron la colección "El medio para un fin", inspirados en un surrealismo nihilista.
Creada en 2005, la firma Disintegration in black ofreció una línea con tintes góticos dominada por el blazer. Destacó uno corto con voluminosos hombros que junto al elevado peinado de la modelo remitían a Lady Gaga.
TINTES GOTICOS
Los creadores señalaron que "tratamos de trasladar el barroco a nuestros tiempo", por lo que cada prenda está diseñada para combinarse fácilmente con piezas básicas como jeans o camisetas.
"Yo visto de jeans (y) al hacer una prenda digo: 'Ok, le voy a poner bolsas, le voy a poner esto... creo que me lo puedo poner bien con mis jeans", dijo Rentería al término de su desfile. "Ahí veo que no se pierda la funcionalidad".
La línea estuvo llena de volúmenes, logrados por las terminaciones asimétricas, plisados y drapeados. La dupla manejó texturas de origen natural congruentes con la temporada, como sedas, algodones y lanas de origen natural. La paleta de colores fue de grises, negros y blancos, con tintes de rojo que plasmaron en un puñado de impermeables para hombre.
ALEXIA ULIBARRI
Por su parte, Alexia Ulibarri presentó "Ana&Gertrudis", una colección que explotó la riqueza de texturas y volúmenes a partir de la inspiración en "las transformaciones que deja el paso del tiempo en la vida de las personas".
"Ana es sencilla, transparente", mientras que "Gertrudis es elaborada, misteriosa, impredecible", señaló la diseñadora en sus notas.
Así lo demostró cuando envió a la pasarela un puñado de modelos unidas, cual hermanas siamesas, por el cabello. Para Ana ofreció un vestido corto con diminutos plisados logrados con las transparencias de gasa. Para Gertrudis ofreció el mismo vestido elaborado con lana.
La paleta fue dominada por el negro, gris, blanco y algunos toques de rosado y recurrió a plisados, bordados, brocados y aplicaciones de piedras.
A pesar de que en sus notas destacó que las suyas son "prendas funcionales", hubo un par de piezas que resultarían difíciles de llevar, como una voluminosa blusa revestida de rígidas escarolas y un vestido de cóctel con el mismo tipo de aplicaciones.