Las monedas asiáticas que en un tiempo se movían al mismo paso que sus pares latinoamericanas están divergiendo más que nunca en tanto China atrae inversores a la región sin incrementar los productos básicos, principales exportaciones para Brasil y Chile.

La correlación correspondiente a cuatro semanas entre las monedas de las dos regiones alcanzó menos 1 el mes pasado, lo cual significa que continúan avanzando en sentido contrario, según datos de índices compilados por Bloomberg y JPMorgan Chase Co.

Todavía en mayo, la correlación era más 1 dado que los índices se movían en tándem. El yuan chino trepó hasta máximos en 19 años en medio de aumentos en las ventas minoristas y el won surcoreano llegó a su punto más fuerte desde 2011, en tanto el real de Brasil y los pesos en México, Chile y Colombia se debilitaron en los dos últimos meses.

"Generalmente, al comprar China, aumentan las monedas tanto en América Latina como en Asia", dijo por teléfono Dirk Willer, responsable de estrategia de mercados locales latinoamericanos en Citigroup Inc. de Nueva York. "Pero esta vez, dado que el vínculo con los productos básicos no está funcionando, se llevan todo en Asia pero no en América Latina. Hay una cuestión estructural a largo plazo".

Si bien se desaceleró y está pronosticado que el producto interno bruto aumentará 7,7 % este año después de aumentos de 9,3 % y 10 % los dos años anteriores, la economía china se está alejando de la inversión en fábricas y casas dependiente de los productos básicos, hecho que debilita la demanda del mineral de hierro de Brasil, del cobre de Chile y del petróleo de Colombia. El Índice GSCI de Standard Poors de 24 materias primas cayó 6,6 % desde un máximo en seis meses el 14 de septiembre.

Crecimiento sostenible

Las importaciones de China desde Brasil cayeron 17 % en octubre con respecto al mismo período del año anterior, pero el país asiático está comprando más autos surcoreanos y más chips de teléfonos inteligentes a Taiwán.

China aspira a un crecimiento más sustentable en momentos en que atraviesa una transición de liderazgo que tiene lugar una única vez cada diez años, en tanto Xi Jinping reemplazó al presidente Hu Jintao al frente del Partido Comunista la semana pasada.

Hu dijo en un discurso el 8 de noviembre que la segunda economía más grande del mundo después de la estadounidense debe duplicar el ingreso per cápita y el PIB para 2020 innovando e impulsando la demanda interna. Un yuan más fuerte eleva el poder adquisitivo de los consumidores chinos abaratando las importaciones.

El Índice Asiático de Bloomberg, que monitorea 10 monedas de la región, entre otras el yuan, el won y el ringgit malasio, subió 2,1 % este año al 16 de noviembre hasta 117,53, mientras que un indicador similar para las monedas latinoamericanas cayó 0,8 % hasta 103,01. Las dos mediciones se aprestan a divergir en el año por primera vez desde 2006.

La correlación era menos 0,2 la semana pasada después de haber alcanzado menos 1 el 19 de octubre, y ha sido negativa seis semanas consecutivas, la racha más larga desde 2004, muestran datos de Bloomberg.

Las monedas asiáticas conforman siete de las que tienen mejor desempeño en los mercados emergentes, encabezadas por un aumento de 2,2 % del won surcoreano.

Las monedas en América Latina están cayendo con los precios de los productos básicos, que representan la mitad de las exportaciones, con el peso chileno un 3 % más abajo y el real brasileño cayendo a su nivel más débil desde mayo.